domingo, 25 de noviembre de 2007

Silvio Rodriguez, La Maza

Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trigo y la pavura.

Si no creyera en la balanza
en la razón del equilibrio,
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza.

Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino,
si no creyera en mi sonido,
si no creyera en mi silencio.

Que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera,
un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera.
Un instrumento sin mejores resplandores
que lucecitas montadas para escena.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.
Un testaferro del traidor de los aplausos,
un servidor de pasado en copa nueva,
un eternizador de dioses del ocaso,
júbilo hervido con trapo y lentejuela.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.

Si no creyera en lo más duro,
si no creyera en el deseo,
si no creyera en lo que creo,
si no creyera en algo puro.

Si no creyera en cada herida,
si no creyera en la que ronde,
si no creyera en lo que esconde,
hacerse hermano de la vida.

Si no creyera en quien me escucha,
si no creyera en lo que duele,
si no creyera en lo que quede,
si no creyera en lo que lucha

que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera,
un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera.
Un instrumento sin mejores resplandores
que lucecitas montadas para escena.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.
Un testaferro del traidor de los aplausos,
un servidor de pasado en copa nueva.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.
Un eternizador de dioses del ocaso,
júbilo hervido con trapo y lentejuela.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.
Que cosa fuera, corazón, que cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Jesucristo Superstar

Llevaba mucho tiempo esperando este momento, y ahora que ha llegado, me veo obligada a escribir algo que no deseaba escribir. Más de un año esperando que se estrenara la obra, y muchos años más esperando a que alguien se decidiera a reestrenarla. Porque ver "Jesucristo Superstar" en directo era uno de mis sueños, desde hacía mucho, mucho tiempo. Y ahora sólo me queda decir que ha sido una gran desilusión.

Supongo que, en cierta forma, habrá mucha gente a la que le haya gustado. Sobre todo entre aquellos que hayan ido a verla sin expectativa alguna, y sobre todo, sin nada con lo que comparar. Lamentablemente no ha sido nuestro caso. Y sí, las comparaciones son odiosas, y en éste caso más.
Creo sobre todo que ha sido un fallo de dirección. Y también de promoción. Te cuentan que han actualizado el estilismo de la obra. Ves fotografías de la promoción con una imagen totalmente rompedora. Está ambientada en Irak, te dicen... ¿Irak? Sí, vale. Los uniformes romanos han pasado de ser de los "yankies de Vietnam" a los "yankies de Irak"... ¿y? ¿Qué más? ¿Judios en Irak? ¿Pero ese director sabía de qué estaba hablando?

Vale, nos han tocado los suplentes. Y deben ser los que más curran además, porque lo único que te aseguran es que los viernes y sábados en la última función, están los principales. El resto de la semana es como toca... aunque me da a mí que les debe tocar más a estos pobres.

Y de voces, bueno... la voz de Jesús era muy parecida a la de la película, y ha estado bastante bien. La voz de Maria Magdalena era bonita. El pobre Paco Arrojo como Judas no da el tipo ni de lejos, y para colmo, no se le entendía nada de lo que decía. Para eso haberla cantado en inglés... que seguro me entero más. Pero de interpretación... nada de nada. Y eso seguro que también es un error de dirección. Porque a fin de cuentas, es el director quien tiene que dirigir la interpretación y los sentimientos de los actores. Maria Magdalena era un palo seco. Ha cantado su canción principal como si estuviera hablando del tiempo. Judas... no sabía si quería la pasta, o no la quería, pero traiciona como una nena. El único salvable, Jesús, aunque de la angustia que transmitía el Jesús de la película no había más que una sombra. Le deben haber dicho "canta quieto", y el pobre es lo que hace.

Lo peor para mí, la letra de las canciones. Calzadas a presión para que rimen, pierden totalmente el sentido de las frases. Y yo me pregunto.. si se hizo una traducción anterior y quedó más o menos bien, ¿a qué viene retocarlas ahora, encima a peor? Y en vez de preguntar "morirás por mí" preguntan "resistirás por mí"... ¿pero a qué viene esa mierda de cambio? ¿Resistir de qué? ¿De no salir corriendo del teatro? María Magdalena pasa de estar asustada de lo que siente, a hacer una declaración de amor en toda regla. En la canción de Simón, en vez de predecir la destrucción de Jerusalem, parece anunciarles su propia muerte. Que nada que ver por cierto. La escena del huerto... cuando finalmente se desvela que Judas va a traicionar, ha quedado muy triste. Parecía más un grupo de botellón con un mal viaje, que la Última Cena. Y ya para colmo, Jesús le echa en cara a Judas traicionarle con un beso... antes de recibir el beso. Y luego se dan un abrazo... ¿pero éste señor director sabía algo de lo que estaba haciendo? No digo ya de historia o religión... pero lo mínimo haber visto la película o el musical... Digo yo.

Y patético, pero patético, ha sido Herodes. Quien por cierto, como Pilatos en su canción anterior no dice por qué le manda a Jesús, sale de la nada. Para que decir que Jesús es Galileo, y la potestad la tiene Herodes... Total, nos sacamos al gilipollas de Herodes de la manga porque sí, le ponemos a hacer unos tristes trucos de magia, y ale... ¡Ah, y que no interprete! Que total para qué, si le vamos a pagar lo mismo.

En fin, que ha sido un desastre. Menos mal que me queda y siempre me quedará el original. E iremos a verla otra vez, eso seguro. Un viernes o sábado por la noche que es cuando parece que trabajan los actores principales. Y a ver si la cosa sale algo mejor, cosa que dudo mucho. Pero una es fan... y qué se le va a hacer.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Concurso Zonanegativa

A petición de Alvaro voy a poner ésta entrada, aunque la verdad es que no lo tenía muy claro. Primero que nada, tendré que poneros en antecedentes, y espero hacerlo lo más resumidamente posible.

La semana pasada, no recuerdo si el lunes o el martes, y no tiene mucha importancia, Alvaro me comentó que había un concurso en una web sobre comics que visita habitualmente, y que el premio era un pack de DVDs de la primera temporada de "Héroes". Para concursar había que presentar un relato inédito que tratara sobre un héroe, y especificaba en las bases que debía explicar cómo descubre sus poderes, y en qué los utiliza. Así que me preguntó si le haría el relato.

Normalmente yo no hago relatos con esa tématica. El plazo para entregarlo terminaba el viernes a las 23:59 horas, y la verdad, es que se me complicó bastante la historia. No la historia en sí, porque conseguí crearla en mi cabeza, sino más bien el sacarla de ahí. La primera versión de la historia no le gustó, más que nada porque se me fue la vena sangrienta que se me va siempre (los pocos masoquistas que habéis leído una historia mía ya lo sabéis), y además porque en la historia terminaban todos los "malos" muertos.

Así que con los consejos y sugerencias de Alvaro, cambié algunas cosillas, y creo que quedó bien enlazada y más ajustada a los estereotipos heróicos (eso de que los "héroes" no maten a mí nunca me terminará de convencer). Y bueno, lo presentamos.

Total, que no ganamos. Alvaro tenía mucha fé en el relato. Yo suponía que habría relatos también bastante buenos, y desde luego, no pensaba en modo alguno que el mío fuera el mejor, pero sí que tenía oportunidades. Así que esperamos a que empezaran a publicar los relatos ganadores para valorar.

De momento he leído dos, porque los publican día a día. Y el segundo es buenísimo, realmente. De esos que en los Clanes yo hubiera valorado con un 10 redondo. Pero el otro... como yo siempre digo, le hubiera dado un 6 sólo valorando el esfuerzo. Pero ni siquiera estaba cerca del otro. Y comparando, el mío tiene muchas carencias, pero desde luego al menos la redacción es correcta (con algún lapsus aparte que he descubierto en una relectura posterior).

Y no soy la única que piensa así, visto los comentarios que el primer relato está recibiendo. No contra el autor, la verdad, que contra él nadie tiene nada, sino contra la valoración. Aquellos que han valorado, han llegado a comparar el estilo de ese relato con Saramago ¿?¿? Y vale, se parece en el hecho de que presenta párrafos de 7 o más líneas con frases únicamente separadas por comas. No se que les habrá hecho el punto, pero realmente, si quieres utilizar ese estilo, al menos debes colocar correctamente las comas. Que no es lo mismo decir "aquello fue para mi, lo mejor que me había pasado" que decir "aquello fue, para mí, lo mejor que me había pasado". La primera denota sentido, y la segunda opinión. Un ejemplo así de tonto resume todo el texto, además de que la trama no era para nada original, ni creativa. Dramática sí, pero en un exceso de victimismo que a mí, personalmente, no me gusta nada.

En fin, que Alvaro me pidió que colgara aquí al menos nuestro relato. Y a eso voy. Y ya de paso dejo el enlace a Zonanegativa.com, por si alguien quiere comparar.

"DESPERTAR A OSCURAS"
La luz de la consulta parpadea levemente cuando entro. El hombre de bata blanca, sentado en una mesa blanca repleta de papeles blancos, levanta la vista y agita la cabeza visiblemente contrariado.

- Recortes de presupuesto… lo único que nos faltaba es que nos cortaran la luz. – me sonríe mientras me siento delante de él, y yo esbozo una sonrisa de compromiso. No tengo tiempo, ni ganas, ni fuerzas, para una conversación trivial con mi médico. - ¿Y bien? Cuéntame...

Mira el reloj. Tengo tres minutos, no más. ¿Pero cómo hacer para contarlo todo en tres minutos?

Todo empezó hace siete meses. Volvía del trabajo bastante tarde, pero no más tarde que de costumbre. El traje me pesaba en el cuerpo, y me sentía sudoroso y cansado, como me ocurre siempre después de una actuación. Por que soy mago. Me gano la vida creando ilusión en la gente. Es mi don. Pero el maletín que llevaba no era una ilusión, y pesaba en mi mano como una condena.

Fue entonces cuando sentí la ligera vibración en mi bolsillo, y solté el maletín un momento para contestar al móvil. Ni siquiera pude comprobar quién llamaba. Sentí un fuerte dolor en la espalda, e incrédulo me giré sin saber qué era lo que esperaba ver detrás de mí. “¡Sujétalo¡ ¡Sujétalo!” Un hombre se lanzó sobre mí, y me golpeó en el cuello dejándome apenas sin respiración. Y yo no entendía las palabras del otro, pues estaba claro que no tenía opción alguna de defenderme. Un puñetazo en el estómago hizo que se me doblaran las rodillas, y fue entonces cuando caí al suelo, con las manos intentando arrancar el dolor de mi vientre. Después, una patada brutal en mi cara resonó acompañada del chasquido de mi nariz al romperse. Caí al suelo en posición fetal, intentando protegerme la cara y el torso, hasta que por fin dejé de sentir, como si me hubiera quedado dormido de repente.

No hubo luz blanca, salvo la de las lámparas halógenas del hospital en el que desperté horas después. Miré mis manos despellejadas y se me pasó la absurda idea por la cabeza de que no podría trabajar durante un tiempo. “No tengo dedos sanguinolentos en el maletín de magia”, pensé. Creo que fue la medicación, porque recuerdo que en aquél momento no sentía dolor alguno.

Una bolsa llena de recetas y pastillas me acompañó al salir del hospital, junto con mi maletín de magia y el resto de mis objetos personales. No faltaba nada. No lo entendí entonces. A mi alrededor sentía miradas extrañadas, murmullos y silencios. Había rumores de que junto a mí habían encontrado a otros tres hombres, y que su estado era mucho peor que el mío. Pero yo sentía como si un velo de oscuridad ocultara todos esos recuerdos.

El efecto de los calmantes llegó a su fin cuando llegaba a casa, oportunamente ante las escaleras. La bolsa del hospital me pesaba ahora como una condena, pero el maletín parecía haberse convertido en la losa de todos los pecados del mundo. Sentía crujir mis rodillas en cada escalón, deseando que fuera el último de mi vida. Eran dos pisos, pero para mí fue como ascender el Everest, y sin oxígeno, pues poco era el que llegaba a mis pulmones a través de mi nariz hinchada y taponada.

Mi casa estaba oscura y fría, apenas iluminada por la luz de las farolas que entraba a través de las ventanas. Arrojé mis condenas sobre el sofá, y me desvestí lo más rápido que pude. Desnudo, salvo por las vendas que me cubrían, me dirigí a la cocina sin encender luz alguna. Dos pastillas blancas que esperaba hicieran un efecto inmediato eran todo lo que deseaba. Dos pastillas blancas, y dormir. Y despertar quizás dentro de un mes, cuando todo ese dolor hubiera desaparecido.

Y por fin mis deseos se cumplieron. Dormí, como creí que nunca podría hacerlo. Un día y después otro, acompañado únicamente por unas pastillas blancas sobre la mesilla de noche. Mis heridas fueron remitiendo, y todo fue mejor cuando conseguí respirar normalmente, sin que la nariz o el pecho estallaran en cada aspiración.

Hasta que descubrí una nueva herida. Una que no había estado antes. Lo supe enseguida. Sabía de dónde provenía cada brizna de dolor. Y esa era nueva. Una línea delgada en el pecho, atravesando una de las pocas zonas que no habían tomado un color negro azulado. Me miraba en el espejo y observé el pecho desnudo, atravesado por esa extraña línea roja. No era muy profunda, pero sin duda debería haberme dolido cuando me la hice. Y dolor sobre dolor debía haber sido aún mayor si cabe. Pero no recordaba cómo había ocurrido. ¿Estaba ya ahí cuando me fui a la cama la noche anterior? No podría decirlo. Y el caso es que había zonas de mi piel que habían cambiado de color, oscureciéndose con el paso del tiempo, pero había otras partes en las que había manchas de un color extrañamente claro, rosado, como si fueran nuevos hematomas.

Acudí entonces por primera vez al médico. El hombre, de cabellos blancos y unos astutos ojos negros escondidos tras unas gafas de metal, me recibió amablemente. Debió sentir lástima de mi aspecto, aunque sin duda había mejorado mucho. Después comenzaron sus miradas extrañas, a cada nueva visita, a cada nueva herida o lesión que yo le mostraba.

Empecé a hablarle de mis sueños. Sueños que se sucedían incluso estando despierto. Imágenes perdidas que acudían a mi mente, y que yo sentía como si fueran recuerdos. Recuerdos que no recordaba haber vivido.

La sombra se deslizó lentamente, descendiendo sobre la fachada de oscuros ladrillos rojos. Apenas se podía distinguir su perfil, diluido entre otras sombras. Sombras alargadas y negras, casi espesas, en la oscuridad general de la noche.

Pero ésta sombra era diferente a cualquiera de las demás sombras. Era una sombra perdida. Una sombra sin dueño. Cambiaba de forma, mientras deambulaba a través de las fachadas, buscando la sombra de otros objetos. Ocultándose en ellas, para después aparecer claramente dibujada sobre la pared tatuada de firmas de colores. Era la sombra de un hombre, pero había abandonado a su dueño.

Sintió el eco lejano de unos pasos. El inconfundible sonido de unos tacones de mujer golpeando rápidamente la acera. La sombra se ocultó en otra sombra mientras el repiqueteo se aceleraba seguido de un murmullo de voces.

La mujer cruzó por delante de ella, sin verla. Su mirada estaba fija en el camino que le quedaba hasta llegar a su casa, quizás unos portales más adelante. Detrás de ella, un pequeño grupo de jóvenes, reía mientras la invitaba a unirse a ellos. La sombra se deslizó tras ellos, sin pensárselo siquiera, y suplantó la sombra de uno de ellos.

La calle desierta les dio seguridad y audacia. El alcohol sólo hizo aflorar sus más bajos instintos. Uno de ellos se adelantó y agarró a la mujer por el brazo. Otro de ellos envalentonado por la acción de su amigo, se colocó detrás de ella y la tomó por el cuello, arrastrándola hacia el callejón que se abría detrás de ellos como la boca de una cueva.

La mujer gritó y luchó por zafarse. La única respuesta que recibió fue en forma de vejaciones e insultos, y un golpe en la boca que rompió sus labios y los pintó con sangre. Se lanzaron sobre ella como animales sobre una presa acorralada, y el sonido de su ropa rasgada llenó la noche.

Pero la sombra también estaba allí, suplantando otra sombra. El hombre alzó la mano, buscando impulsó para asestar un nuevo golpe en el rostro de la mujer. La sombra entonces se golpeó a sí misma, y el hombre imitó el movimiento, golpeándose en el rostro con fuerza. La sombra tiró con fuerza de sus propias piernas, y el hombre cayó al suelo confundido sintiendo como su sombra tomaba el control de sus actos. Se deslizó hacia atrás, alejándose de la mujer, y el cuerpo del hombre se deslizó tras él, como si fuera una marioneta. El hombre intentó girarse, y recuperar el control de sus piernas. La sombra lo liberó entonces, pero no se ocultó. Se incorporó, y se mostró tal cual era. Una sombra negra, espesa. Tomó su propia forma humana. Como un hombre pintado en negro. Sus ojos se adivinaban como dos sombras aún más oscuras en su cabeza. Su boca era una cueva negra.

Los ojos de la mujer se abrieron desmesuradamente, y a través de sus propias lágrimas observó la sombra y tembló. Los hombres que la sujetaban descuidaron entonces su presa, pero ella fue incapaz de moverse. Sólo inconscientemente cubrió su cuerpo con las manos, intentando protegerse.

El hombre que permanecía tendido en el suelo se incorporó rápidamente. Tenía miedo, y retrocedió unos pasos buscando la seguridad que el grupo le proporcionaba. Otro de ellos en cambio avanzó hasta la sombra, golpeándola en el torso. Fue aire lo que encontró. La sombra pareció desdibujarse en el mismo momento en que recibía el golpe, y el impulso del mismo hizo que el agresor saliera impulsado hacia delante. La sombra se volvió entonces, nuevamente corpórea, y golpeó al joven en la espalda, lanzándolo contra la pared. El muchacho quedó inconsciente en el suelo.

La sombra se volvió entonces hacia el grupo que permanecía aún alrededor de la mujer. Pareció mirarles un momento, con sus ojos de sombra. Después, su silueta comenzó a cambiar. Una forma sin definir, pero cada vez más grande, hasta que se alzó casi a la altura de los grandes edificios que cerraban el callejón, absorbiendo cada sombra que encontraba a su paso. Incrédulos, tanto los hombres como la mujer pudieron ver como cada sombra del lugar se deslizaba hacia la forma oscura. Sus propias sombras parecieron despegarse de sus cuerpos, arrancando con ellas toda su fuerza. La forma apareció como una gran ola gigante, que se alzaba ante ellos esperando el momento de arrojarlos al abismo del mar. La mujer cerró los ojos esperando el golpe fatal. Los otros en cambio, intentaron huir de la negra ola. Pero ya no era posible. Cayó sobre ellos arrastrándolos hacia las profundidades del infierno, golpeando cada uno de sus huesos. Después, se retiró dejando un rastro de cuerpos rotos.

La mujer abrió los ojos al cabo de unos minutos. Había esperado la muerte, y le parecía que ya debía haber llegado. Cuando miró a su alrededor, sintió náuseas y vomitó violentamente contra la pared que la había protegido. Después se volvió, e intentó encontrar la sombra nuevamente. Sin comprender qué era lo que había pasado, avanzó entre los cuerpos inconscientes mientras con una mano sostenía los jirones de su ropa, mientras con la otra se asía a la pared para no caer.

La sombra observó como la mujer se marchaba. Sintió el dolor del sacrificio, mientras intentaba incorporarse. Observó por un momento sus manos despellejadas, y pensó “No tengo dedos sanguinolentos en mi maletín de magia”. Después cayó inconsciente, presa del dolor.

Ahora se que no son sueños. El mismo médico, la misma luz blanca de la consulta que parpadea de nuevo. El médico me mira como si estuviera loco, y su mano tiembla mientras firma la receta de un complejo vitamínico. Desea aparentar que no me cree, pero yo se que no es así.

Me levanto sin decir palabra, sosteniendo la receta entre mis manos. Siento como busca mi sombra, y como palidece por momentos.

- Ahora mi sombra y yo somos uno – digo, y la luz de la consulta parpadea y se apaga mientras salgo de allí.

martes, 13 de noviembre de 2007

El desamor

Bueno, leyendo hoy el Blog de mithril (parece que últimamente mis entradas se definen por los Blogs de los demás jejejeje) he visto un post suyo interesante sobre las fases por las que atraviesa una persona en el momento de una ruptura amorosa (podré el link a su blog al final, que para eso es el original ;)). Y sí que me pareció curioso, aunque quizás yo no concuerde al 100% con las 4 fases que ella define. Así que he decidido reorganizarlo un poco, según como lo veo yo.

1º Negación: No podemos creernos que ésto nos esté pasando a nosotros. Normalmente, la persona que "es dejada" ni se imagina ni se espera de lejos que lo que pasa por la mente de la otra persona. Así que, en un momento insignificante, quizás en una cena (hola amooooor :P) o en cualquier otro momento así de trivial, te lo suelta.

2º Interrogación: Esta fase se suporpone a la anterior durante un breve espacio de tiempo, y luego, simplemente, es la que predomina. Son las preguntas. Tanto las que se hace a sí mismo, como las que hace a la otra persona. Normalmente, las primeras se quedan sin respuesta, y las segundas no reciben la respuesta que se desea.

3º Concienciación: Aquí es cuando finalmente la persona es consciente de que su situación ha cambiado. Suele coincidir con el momento en que se queda a solas, y por primera vez esa soledad le parece una realidad tangible.

4º Luto: La persona llora. Vale que normalmente también ha llorado durante las dos últimas fases anteriores, pero aquí es donde sale nuestra vena más masoquista, pues es la fase en la que recordamos, nos ponemos canciones románticas, y en la que pensamos que todo tiempo pasado fue mejor, y nos lamentamos de todo lo que hemos perdido.

5º Rabia: Esta es personalmente la que más me gusta. Es el paso principal que nos lleva al final de todo el proceso. Aquí es cuando empezamos a hilar. En la fase luto hemos meditado, y la meditación nos ha llevado a ver cosas que en nuestra "absurda felicidad" nos habíamos negado a ver. Primero, sentimos rabia hacia nosotros mismos por no habernos dado cuenta de los detalles que presagiaban el desastre. Después, volcamos toda nuestra rabia en la otra persona. Y si es posible, se lo hacemos saber.

6º Indiferencia: Aquí es donde pasamos al punto de hacer pensar a todos que lo hemos superado, cuando realmente no lo hemos superado. Esta fase es como una montaña rusa, con subidones de energía y optimismo, y enormes pendientes que nos llevan de nuevo a la tristeza o la rabia (eso ya depende de la persona). Está quizás es la fase más larga. Muchos la confunden con la fase final, porque se adorna con frases como "Seguro que era mejor así", o "Si no me quiere no me merece". Pero no hay que llevarse a engaños. Son frases de autoconvencimiento, necesarias, pero que todavía no creemos.

7º Superación: Y final. Porque ésta es la fase más corta de todas. Sin darnos cuenta, hemos llegado a un punto en el que no necesitamos repetirnos contínuamente lo bien que estamos sin la otra persona. Y nos damos cuenta de que cada vez que la vemos no tenemos que alardear de gran felicidad. Simplemente, está ahí. Queda el recuerdo de lo que fue. De lo bonito. Porque el cerebro humano es lo que tiene, una gran capacidad para olvidar el dolor, y recordar sólo lo bueno.

Y he ahí mi ejercicio de esta noche. Es posible que éstas fases varien, e incluso se repitan a lo largo del tiempo. Eso ya depende de la persona, y de las circunstancias de la ruptura. Hay gente que apenas puede pasar de la fase de la negación. Es el caso de mi ex, por ejemplo. Y hay otras que aceleran el proceso conscientemente, como es mi caso. Porque como mi fase preferida es la rabia, tiendo a acortar la fase duelo al ritmo de "I will survive", y paso rápidamente a la fase de rabia. Pero personalmente creo que lo más sano es pasar por cada fase con el tiempo que cada fase requiere.

El problema es, que como todos sabemos, ya estamos más o menos resabiados en estas lides. Quizás por eso es el primer amor el que mejores recuerdos nos deja, porque también es el que superamos más sanamente.

Besos!! (en especial para mith ;***)

domingo, 11 de noviembre de 2007

Ocupas aéreos

Bueno, la verdad es que viendo el Blog del "Comedor de Sugus Azules", he visto que ha recuperado las antiguas entradas acerca de la Guerra Pajaril, ahora denominada Aves Wars. Y la verdad, me pareció apropiado recuperar la entrada que dio origen a esta guerra interminable.

Ocupas aéreos
Hoy me ha tocado madrugar. El enano sabe y es consciente de que ayer me fui a la cama sobre las 5 de la mañana, y que después de la noche de ayer, lo que menos me apetecía era madrugar... pero por una puñetera vez el técnico de la caldera ha sido puntual ¬¬ Lo pensé cuando me fuí a la cama anoche. Ya me habían avisado de que se pasaría de 8 a 10 de la mañana, pero una cuenta con que cuando le dicen "pasará un técnico por su domicilio de 8 a 10 de la mañana" en realidad le están queriendo decir "intentaremos ir a primera hora, pero seguramente iremos por la tarde". Para algo una trabaja en atención al cliente. Yo lo sé. Es así.

Realmente, ni siquiera era consciente de que se me había roto la caldera hasta que, hace dos días... es decir, después de la fatídica noche de las bolas rosas... me levanté de la cama totalmente sonámbula a por café y me di cuenta de que no había agua. ¡Maldición! No voy a entrar en detalles acerca de la mala ostia con la que me levanto habitualmente y de la que Elen ha sido víctima y testigo. Pero si encima no tengo café... ¡me vuelvo asesina! Un consejo, no vengáis nunca a visitarme antes del primer café de la mañana.

Me asomé a la ventana... no me preguntéis que pretendía ver por que ni yo misma lo sé. Supongo que pensaba que con mi supersónica vista hipermétrope podía distinguir algún cartelito de esos de "corte de agua en la C/ Tal Pascual de tal a tal hora..." E intenté hacer memoria de si al volver a casa el día anterior había visto yo algún cartél. Ahora me pregunto... ¿volver de dónde si no había salido de casa en todo el día? Pero bueno, estaba dormida y sin café, así que no le voy a pedir más a mis neuronas.

Incapaz de descifrar el misterio del agua cortada, regreso a la cocina ya de mal humor cuando a través de las legañas intuyo un papel en el suelo que un "alguien" misterioso había colado por debajo de la puerta. Y como además sigo dormida, tengo que leer algunas frases tres veces antes de comprender lo que la persona misteriosa me quiere decir. Me sentía un poco como Champollion descifrando la piedra Rossetta... os podéis imaginar.

Entonces, por fin, alguna neurona de mi cerebro consigue reaccionar y comprendo que el agua me la ha cortado mi vecina de abajo, una tal Silvia, por que según parece mi caldera se ha pasado toda la noche soltando agua a chorros... encima de la suya. ¡Genial! ¡Fantástico! Es una de las mejores noticias que podía recibir justo antes del café...

Como necesito asimilar la noticia, vuelvo a la cocina y uso agua de la botella de la nevera para hacerme café. A ver si al de una hora o así puedo decidir qué hacer ahora con el problema... que leñe, os lo aseguro, sin café no soy persona.

Cuando llegué al punto en que podía articular palabra y que se me entendería además, llamé a Alvaro y le conte la movidita. "Hay que llamar al casero", me dice "¿tienes el número?" Si, si. Claro que lo tengo.... ¿como no lo voy a tener? Ahora mismo le llamo. Pues no. Por que cuando fuí a mirar el número en la agenda del móvil me percaté de que el número que tenía guardado constaba de 10 cifras misteriosas... y como para adivinar cuál sobraba.

Así que vuelvo a llamar a Alvaro. "Esto... me puedes dar el número de Victor... que mi agenda tiene algún numerito de más?" Alvaro protesta. Me dice que si tengo para apuntar, pero no, no tengo. Es lo que tiene llamar desde el baño XDDDDDDDD Le digo que me lo mande por SMS y vuelve a protestar, pero acepta por que no le queda más remedio.

Y espero. Y espero durante... no se, 4 horas? A todo esto ya eran las 6 de la tarde, así que poco se podía hacer ya. Decido arriesgarme, bajar, y volver a dar el agua, no sin antes poner un cubo debajo de la caldera... a ver que pasa. ¡Milagro! No pasa nada, apenas caen unas gotillas, y al menos tengo agua.

Alvaro vuelve a casa sobre las 8 de la noche, y me dice que no me mandó el SMS por que no tenía cabeza para memorizar el número ¿? Y como se que en los días anteriores apenas ha dormido por el calor, y que se ha levantado a las 5 de la mañana, y que lleva todo el día trabajando... pues que le voy a decir al pobrecito mío ;***

Así que finalmente me da el teléfono del casero y le llamo. Mi casero se llama Victor, y es extremadamente amable. A veces Alvaro se raya con él... por que tiene la impresión de que se esfuerza demasiado en quedar bien con la gente, y se enrolla hablando que no veas. Pero yo digo que si se enrolla y responde cuando necesitamos algo, pues bienvenido sea.

Así que durante media hora me dice que no me preocupe. Que el seguro cubre los daños de la vecina, que él se va de viaje a Londres y coge el avión el jueves a las 6 de la tarde, pero que cualquier cosa esta Noemí (su novia). Como cada vez que hablamos me pregunta si la conozco, y como cada vez que hablamos le digo que sí. Me pregunta todos los detalles de lo que le pasa a la caldera, y yo, técnica reparadora de calderas, respondo con exactitud científica "no tengo ni idea... pero gotea". Y después de media hora de conversación, quedamos en que me llama sobre las 9 o a primera hora de la mañana, en cuanto hable con los técnicos de Saunier Duval.

Pues ale. Nada más colgar suena el timbre de casa, y no tengo que ser elfa para presentir que se trata de la vecina de abajo. Me pide perdón varias veces por haberme cortado el agua y le digo que no hay problema, que lo entiendo (por que no me pilló recien levantada que si no... XDDD) Y me dice que su caldera sigue sin funcionar. Yo, como ya he dicho que soy técnica en reparación de calderas, le digo que probablemente se habrá mojado la mecha (no se si las calderas tienen mecha ¿?¿?) y que quizás habría que esperar que se seque, pero que no se preocupe, que si no se arregla, ya me ha dicho Victor durante media hora que para eso está el seguro.

La mujer se va más tranquila. Victor no vuelve a llamar, y yo me dispongo a cenar. Sobre las 12 de la noche vuelve mi vecina ... que como ha visto luz en casa (la luz es muy indiscreta ¬¬ ya lo sabéis, indica a los vecinos cuando estás despierto y cuando no ¬¬) Total, que aquello no se arregla (leñe, si solo habían pasado 2 horas...) y nada, pues que cuando vengan a mirar mi caldera, pues que pasen también a mirar la suya. Tengo que decir que mi vecina es muy amable, así que intercambiamos los teléfonos de buen rollito y ale... Alvaro ya se había ido a la cama así que ni le avisé.

Me vuelvo al ordenador y me suena el móvil. Y veo que es Alvaro que me llama desde la habitación... XDDDDDDDDDD ¿Pa qué gritar si se puede hacer una llamada perdida? Entro y le cuento las novedades, y se levanta. Nos encontramos con la vecina de balcón a balcón. Los 3 técnicos de reparación de calderas investigando dónde leches estaba el problema.. para no encontrarlo, por supuesto. Hice 4 viajes al baño para encender el agua caliente a ver si funcionaba... con los respectivos viajes de vuelta. Pero nada. Mandé a Alvaro a la cama, y decidí olvidar el asunto.

Ese fue el día de la rotura de la caldera. Hoy, a las 8 en punto de la mañana ha llegado el técnico reparador de calderas... el de verdad. Nos hemos cagado Alvaro y yo en todo lo que se menea por el puñetero madrugón, aunque hemos disimulado delante del chico, que el pobre no tenía la culpa.

Y cuando ha abierto la caldera... ¡sorpresa! Una maraña de pajitas, hojas, virutas, y mierda de pájaro, ocupaba todo el interior de la caldera. Si ya le decía yo al casero que eso de tener la caldera en el balcón no era buena idea... ¬¬ Un peazo nido de pájaros enorme. Descomunal. Vamos, que el técnico... ha dicho que no había visto nada igual en su vida, y eso que llevaba 10 años trabajando en esto. Apenas me lo puedo creer. La mierdilla del nido ha ocupado al final una bolsa de basura entera... y el chico asombrado de que todavía funcionara aquello... y yo también vamos, después de lo que he visto.

Así que nada, ha tenido que cambiar alguna pieza, nos ha sablado 75 € (de los que afortunadamente se hace cargo el casero XD) y ha destrozado la labor pajaril de 2 meses. Y ahora me da pena por que se han quedado sin nido... y dónde van a poner los huevitos? :( Cuando se ha ido he oído a un pájaro protestar fuera, y la verdad, no me extraña que proteste... pero coñe, no tenía otro sitio para fundar una familia? Mira que no hay calderas ajenas, como para venir a la mía... ¬¬

Y he recordado el bebé pájaro que cayó al balcón hace 2 años y medio, y que Alvaro recogió y estuvo alimentando con miguitas de pan. El bebé pájaro con el que Alvaro no sabía qué hacer ... y que al final decidió sacarlo al balcón a ver si así volvían a recogerlo sus padres. El pobre murió de sed, inanición e insolación en el balcón, y Alvaro tuvo que enfrentarse a la dura tarea de tirarlo a la basura .... (vamos, que no toco yo el cadaver ni con guantes puajjjjjjjjjjj) Y ahora pensamos que seguramente cayó de la caldera, de alguna familia pájaro instalada de ocupa allí.

En fins, se lo he contado al casero y ha flipado. Como pa no... Lo que me pregunto es... esto no pasaba cuando él vivía aquí, o es que han empezado a instalarse a la vez que nosotros? ¬¬ Y por cierto, me ha vuelto a preguntar si conocía a Noemí, su novia... por que me iba a llamar esta tarde para... no sé para qué pero bueno ¬¬

Nada, que termino la entrada, y me muero de sueño... así que seguramente iré a tumbarme un rato... yo que puedo :P Sin pájaros en la caldera XDDDDDDD

Bsitos varios!!

sábado, 10 de noviembre de 2007

Do you speak English?

Una de las razones de mi gran ausencia, que se suma a la más importante que es la falta de inspiración, ha sido el curso de inglés del Inem. Vale que es como trabajar sólo media jornada, más o menos, pero la verdad es que eso de que te hablen todo el rato en inglés, agota a cualquiera. Bueno, a cualquiera que no sea inglés, claro. A mí por lo menos me estresa mucho, porque requiere el doble de atención para no perderse.

Y ya de hablarlo, mejor no hablar. Sale humo de mi cabeza cada vez que quiero decir algo, y el profe, Manuel, te mira con cara de "la que estás liando", acompañada de su famoso "Don't translate", que te deja totalmente frustrada.

Él no lo sabe, pero los alumnos intentamos acumular energía para sus clases de los lunes y los martes. Menos mal que luego Philip es más relajado. Sobre todo cuando llega el viernes y nos pone una cancioncita. Y como no somos un grupo poco ruidoso ni nada... pues poco nos falta para ponernos a cantar.

Yo creo que en cierta manera los desesperamos un poco. Somos un grupo bastante ruidoso, y extraño por decirlo de alguna manera. A Matilde le gusta "take the boss" para Pinto. María a su vez añade cosas extrañas a sus frases, "and the siguient". Beatriz y el verbo "asks" han tenido más que palabras. Alberto está empeñado en que Manuel (el profe) pronuncie bien el inglés. Cristina cree a pies juntillas que "albóndigas" en inglés se dice "bolas de carne". Y estoy segura de que Elena quiere un "Pedometer" para estas Navidades.

Eso sí, quien se lleva la palma inglesa es Jose Enrique. Él todo lo hace "by the balls", y si no sale, sólo tiene que "put the noise on the table". Eso sí, "eye with China", porque en "the informatic technology" seguro que "life is this".

Gracias a la vida

Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me dio dos luceros,
que cuando los abro,
perfecto distingo
lo negro del blanco,
y en el alto cielo
su fondo estrellado,
y en las multitudes
el hombre que yo amo.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me ha dado el oído
que en todo su ancho
graba noche y día
grillos y canarios,
martillos, turbinas,
ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna
de mi bien amado.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me ha dado el sonido
y el abecedario.
Con él las palabras
que pienso y declaro,
madre, amigo, hermano,
y luz alumbrando
la ruta del alma
del que estoy amando.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me ha dado la marcha
de mis pies cansados.
Con ellos anduve
ciudades y charcos,
playas y desiertos,
montañas y llanos,
y la casa tuya,
tu calle, y tu patio.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me dio el corazón
que agita su marco,
cuando miro el fruto
del cerebro humano,
cuando veo al bueno
tan lejos del malo,
cuando miro el fondo
de tus ojos claros.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto,
me ha dado la risa
y me ha dado el llanto.
Así yo distingo
dicha de quebranto,
los dos materiales
que forman mi canto,
y el canto de ustedes
que es el mismo canto,
y el canto de todos
que es mi propio canto.
Gracias a la vida.
Violeta Parra

lunes, 5 de noviembre de 2007

Adiós mi niña

Hace mucho tiempo que estaba pendiente de actualizar el blog, porque son muchos los amigos que me dicen que lo tengo abandonado. Y nada más cierto. Pero nunca imaginé que el motivo de ésta actualización sería uno tan triste. Nunca pensé que tendría que expresar una de las despedidas más tristes de mi vida.

Hay mucha gente que no lo entenderá. Leerá estas líneas, y pensará que es una estupidez sentir tanto dolor por ésta despedida. Lo siento por ellos, porque significa que nunca han sentido ese calor especial y único, esa lealtad sin medida.

Han sido 15 años. Aún recuerdo el día que la pequeña cachorrilla llegó a nuestra casa, cuando era tan pequeña que era incapaz de subir por sí sola al sofá de casa. Un sofá que con los años se convirtió en su mayor deseo, aunque fuera compartido con toda la familia y sólo pudiera ocupar un espacio mucho menor a su propio tamaño.

Se ganó el corazón de mi madre el primer día, llorando incansable desde el balcón, hasta que por fin se apiadó de ella y se la llevó a dormir a la cama. Al día siguiente, tanto mi hermana como yo supimos que se quedaría para siempre.

Siempre fue dulce. Sumisa. Mi padre siempre decía que si entraban ladrones en casa, Zuri los mataría a besos más que otra cosa.

Recuerdo que cuando mi hermana o yo nos poníamos enfermas una vez al mes, nos la llevabámos a dormir con nosotras, porque el calor de su cuerpo nos hacia de calmante. Y después de una película de miedo, nos peleábamos por llevárnosla también, pensando que con ella estaríamos más seguras. Aunque es bien cierto que Zuri era casi más asustadiza que nosotras.

Apenas había pasado el año cuando estuvimos a punto de perderla para siempre. Le encantaba correr en el parque, perseguida por todos los demás perros, sin que ninguno pudiera nunca alcanzarla. Bañarse en los estanques, excepto en el grande, donde estaba el enorme cisne del parque que aterrorizaba a todos los perros, y a muchos dueños, con su mala leche.

Y fue en una de esas carreras incontrolables cuando se lanzó a la carretera y un coche la golpeó, dejándola en el suelo. Fue una suerte que otra conductora se apiadara de ella y de mi hermana pequeña, y las llevara a un veterinario de urgencia. Pero tenía los huesos de la patita rotos... y verla en el veterinario, sufriendo, con la pata rota, es una imagen que no he podido olvidar nunca.

Pagué su operación con mis escasos recursos. No podía hacer otra cosa. Estuvo meses con hierro incrustado en la pata, cojeando, aunque afortunadamente por entonces teníamos ascensor, y podía salir a la calle. Pero las sorpresas no terminaron ahí. En uno de mis éxamenes sobre su salud, noté que su vientre se movía, y la sospecha de un embarazo, a pesar de que apenas había pasado su primer celo, cayó sobre mí. Todo se desveló con una radiografía que mostró 5 pequeños bultitos que crecían apiñados en su interior.

Lo agradezco de todo corazón, porque mi hermana y yo vivimos por ello una de las experiencias más hermosas de la vida. Nos dejó ver cómo daba a luz 5 pequeños ovillos de pelo negro, con patitas blancas. Uno de ellos murió casi al poco de nacer, pues no había tenido espacio para desarrollarse en su interior. Pero descubrimos entonces el enorme instinto maternal de Zuri, pues si una palabra la ha definido a lo largo de toda su larga vida perruna, esa es madre.

Les buscamos un buen hogar a cada uno, y fue triste despedirse de ellos. Pero sobre todo para ella. Ahora se que le quitamos sus cachorros demasiado pronto, pero entonces no lo sabía. A partir de entonces, todos los años tuvo un embarazo psicológico tras otro, e iba de un lado a otro de la casa con un montón de peluches y muñecos que hacían ruido.

Estuvimos a punto de perderla otra vez, cuando nos cambiamos de casa. Todavía mantenía la mala costumbre de escaparse, aunque la perdería entonces. Pero aquella vez no supo volver. Pasamos una noche y un día entero buscándola, por la calle, en la protectora de animales, en la perrera, aunque no queríamos buscar ahí. Finalmente la encontramos. Una señora que vivía con la menos 10 perros más la había encontrado y se la había llevado a casa. Pensaba que estaba abandonada, y aún cuando fuimos a buscarla, insistía en que si no la queríamos, ella se la quedaba. ¿Cómo no la ibamos a querer? Desde entonces era incapaz de andar más de unos pasos sin volver la cabeza para vigilar dónde estabamos.
Y aunque siempre fue una perra muy sociable, no le gustaba que nadie ajeno a la casa la sacara a la calle. Cuando eso pasaba, porque vivir en un 6º sin ascensor es lo que tiene, ella bajaba, hacia lo que tenía que hacer, y se volvía al portal sin tener en cuenta a su paseante, fuera quien fuera.

Me reí mucho el día en que fue con mi hermana y una amiga a la estación de Metro. La idea brillante de mi hermana era que su amiga llevara a la perra de vuelta a casa, pero no contaba con que Zuri tenía ideas propias. Cuando vio desaparecer a mi hermana en el Metro, dejándola con aquella desconocida para ella, fue imposible moverla de allí, por más que tiraran de ella. Creo que todavía seguiría esperando si no fuera porque la amiga de mi hermana llamó a mi padre, para que fuera a buscar a la perra. De otra forma hubiera sido imposible.

Después llegó a casa otra pequeña bola de pelo. Fue juntarse el hambre con las ganas de comer. Zuri tenía uno de sus anuales embarazos psicológicos, y el gato diminuto, una gran necesidad de leche y de calor maternal. El primer lametazo le dejó a Moui todos los pelos mojados y de punta, claro que por entonces tenía cuatro pelos. Pero en cuanto Zuri se tumbó, Moui se agarró a una tetilla con un ronroneo estruendoso para tan poco gato. Ella es su madre. Porque es lo que es Zuri por encima de todo. Hubiera adoptado cualquier animalillo perdido, gato o incluso paloma, porque qué iba a saber ella que la pobre paloma no era un mamífero.

Han sido 15 años, y ahora sólo queda decir un adiós en la distancia. Cuando vuelva a casa ella ya no estará tumbada sobre mi cama, como siempre. No tendré una cabeza buscando mi mano con insistencia, incansable como siempre de caricias. Esta semana dormirá para siempre, y yo la echaré de menos más que nunca, recordando lo bien que me hacía sentir simplemente por estar ahí.

Ojalá exista un cielo, donde pueda encontrarla algún día. Ojalá pudiera creer que existe, sólo por pensar que podré compartirlo con ella.

Te quiero Zuri.