Menos mal que todavía podemos hacer eso gracias a los libros, el cine, el arte, e incluso los mercados medievales jejejejeje Una lástima no ser una niña para haber podido dar un paseo en los ponis o los camellos. Me encantaron los búhos y los halcones que tenían de exposición de cetrería. Y los puestos con escudos, espadas y armaduras. Estuvo genial.
El té árabe de menta estaba buenísimo. Siempre me ha gustado el té árabe, en todas sus variedades, dulce y con un leve toque a clavo. Y para variar, lo que no puede faltar en estos mercados medievales, comida. Mucha comida. Una inundación de aromas nos fueron guiando hasta los puestos más suculentos. Bizcochos enormes de chocolate, piña, naranja, tartas de queso, rosquillas de anis y caramelos. Butifarra encebollada, morcilla, empanadas dulces y saladas; nosotros nos decantamos por las patatas asadas y el chorizo criollo con chimichurri... ¡que buenos!
Una pena que fuera una visita corta, y que nos perdieramos los espectáculos que hicieron a lo largo del día. Pero otro día habrá más. Afortunadamente en casi todas las ciudades se hace al menos un mercado medieval al año :P
1 comentario:
asi k tu eres como nach, mil vidas para ti
Publicar un comentario