domingo, 12 de julio de 2009

Recordando a Neruda

El 12 de julio de 1904 nacía en El Parral, Chile, Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, es decir, Pablo Neruda. El más grande poeta del siglo XX. Quizás no sólo eso, porque recordar a Pablo Neruda es recordar gran parte de la historia de ese siglo. Es recordar también a Salvador Allende, a Federico Garcia Lorca, a Picasso, al Che.

Hoy cumpliría 105 años, pero su vida se apagó el 23 de Septiembre de 1973. Sus ojos se cerraron quizás incapaces de contemplar el horror con el que el Golpe de Estado estaba inundando su amado país, su tierra y su pueblo.

Pero su luz, la luz que nos brindó con su poesía, su alma, sigue viva en cada uno de los versos que escribió. Me resulta tremendamente difícil elegir sólo uno para compartir en éste día, pero tengo que hacerlo así que finalmente, debido a la fecha de la que se trata, me he decidido por "Sube a nacer conmigo hermano".

"Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado;
domador de guanacos tutelares,
albañil del andamio desafiado,
aguador de las lágrimas andinas,
joyero de los dedos machacados,
agricultor temblando en la semilla,
alfarero en tu greda derramado.
Traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fuí castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano.
Señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas,
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados,
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardásteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre."
Pablo Neruda

1 comentario:

Clave C dijo...

Hola!, me gustaria hacer un intercambio de links.

Un saludo =)

www.clavec.blogspot.com