domingo, 25 de febrero de 2007

El castigo de Tyelpëosto


Cientos de gaviotas aleteaban nerviosas alrededor del barco. Miró con cierto recelo la costa que por fin vislumbraba hacia el oeste, donde aparecía una delgada línea verde cortando el hasta ahora eterno azul del horizonte.

Estremecida por cierta sensación de presagio, acentuada quizás por el intenso viento que azotaba la costa, se abrazó a sí misma, intentando ajustar al mismo tiempo la capa negra que le servía de abrigo.

¿Cuántos días llevaban ya navegando, con las velas negras extendidas, intentando ganar tiempo al tiempo, y luchando contra el empuje del mar? Los días se habían fundido unos con otros, y el tiempo parecía haberse convertido en algo eterno y a la vez difuso en su mente.

Se volvió de pronto, y con paso rápido se dirigió a su camarote, buscando refugio frente a aquél viento salado. Cuando entró, el viento cesó de pronto, y agradeció la calma repentina, intensa en su sensación completamente opuesta.

Recordaba haber llegado a Turelondë. La ciudad, con sus comerciantes y su ajetreo casi cotidiano, la había abrumado. Había dejado los preparativos del viaje en manos de Inglin y Helërauko, y durante los días que permanecieron allí se había encerrado en su camarote, sin deseos de ver a nadie, esperando... Quizás fue entonces cuando empezó a perder la noción del tiempo.

Su encierro terminó un atardecer. Un atardecer como cualquier otro, cuando el sol enviaba sus últimos rayos, y las aguas de Turelondë parecían volverse rojas como la sangre. Pero en ese último atardecer, La Segunda Compañía de los Señores de Nurn entró en la ciudad. Y mientras hombres y orcos, supervivientes de la aciaga batalla de Nanda Girith, eran embarcados, conversó largo y tendido con los capitanes de la Compañía. Las noticias que portaban eran desde luego poco alentadoras. La Alianza había conseguido derribar la resistencia de Nurn, y no sólo eso, sino que además todos sus capitanes habían sido heridos de gravedad. Un gran deseo de venganza se apoderó entonces de ella. Su mirada se volvió un fuego intenso, mientras despedía a Seregruin en cubierta. Un fuego de odio que no iba a ser contenido.

Venganza. Los gritos de las gaviotas se colaban por las rendijas de su camarote, y parecían gritos de dolor. Un repentino impulso la llevó a coger una silla y estrellarla con furia contra la pared, donde estalló haciéndose añicos.

Después, la voz de Helërauko llegó hasta ella. Habían llegado a Hyarmelond.

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- Mi Señora – dijo una voz a sus espaldas.

Delissë volvió el rostro y observó al hombre que permanecía apostado en el umbral de su camarote, pero no contestó. El hombre carraspeó levemente.

- El Señor Helërauko os manda decir que el Sîrfalle pronto dejará de ser navegable, y que ha llegado el momento de desembarcar.

Volvió a mirar nuevamente por el ojo de buey del camarote.

- Decidle que estoy lista – contestó, con la mirada perdida en los lindes de Taurënúva.

Sintió la puerta cerrarse tras ella una vez que el hombre se hubo marchado, y suspiró suavemente. Unas pocas leguas de viaje quedaban apenas, entre los árboles, ocultos de la luz del sol. Se puso nuevamente la capa, y salió del camarote sin mirar atrás.

La luz del sol hizo mella en sus ojos con cruel intensidad. Pudo ver que se encontraban en una curva del río, y en ambas orillas, playas pedregosas se extendían, ganándole terreno al bosque. Era el mejor sitio para desembarcar, y a Delissë le extrañaba que el enemigo no lo hubiera previsto.

El desembarco les llevaría varias horas. Provisiones y pertrechos eran cargados rápidamente en botes, que los llevaban hasta la orilla del río. No llevaban grandes armas de asalto, pues sabían que el desembarco de estas hubiera sido imposible. E imposible hubiera sido también guiarlas a través del bosque. Tampoco habían llevado animales de tiro. A excepción de los caballos que montaban los Capitanes de la Compañía, que no habían querido prescindir de sus cabalgaduras.

El sol comenzaba a ocultarse tras la línea lejana de Taurënúva cuando por fin estuvieron preparados para reemprender la marcha. Una marcha silenciosa, apenas rota por el sonido apagado de las pisadas entre las hojas del bosque. Mientras la oscuridad crecía, Delissë no dejaba de dar vueltas a una pregunta que volvía una y otra vez de forma insistente a su mente. ¿Cómo conseguirían superar las escarpadas laderas, y las enormes murallas de Tyelpëosto?

Cuando llegaron al claro en el que se alzaba majestuosa la ciudad, Delissë comprendió que no sería fácil hacerse con ella. Las escarpadas paredes parecían estar hechas de roca lisa en la distancia, y sobre ellas, imponentes murallas parecían elevarse hasta tocar el mismísimo cielo. Conscientes de que a esas alturas ya les habrían divisado en la lejanía, Delissë cabalgó a cielo abierto, explorando y calibrando las distintas posibilidades para la ascensión. Gritos de alarma resonaron en sus oídos mientras regresaba al linde del bosque, donde había dado orden de organizar el campamento. La noche cerrada cubría como un manto la ciudad, y ocultaba al enemigo en el bosque.

Permaneció despierta el resto de la noche, vigilando el cielo y el aire, y divisando la ciudad que mantenía sus luces apagadas, intentando ocultar su belleza al invasor. No serviría de nada, pensó. Tyelpëosto amanecería envuelta en llamas, consumida por su fuego destructor.

- Y ahora – dijo en un susurro – Se darán cuenta de que ya no es Venganza. Es Castigo.

Apenas quedaban unas horas para el amanecer, y una niebla espesa comenzó a envolver el claro y el bosque. Las altas murallas desaparecieron ante sus ojos, cubiertas por un velo gris. Delissë sonrió. Era el momento.

- ¿Ha llegado la hora? – preguntó Inglin, apareciendo tras ella como un fantasma. La voz de la Elfa era de hielo, y Delissë sabía que la embargaba la misma ira destructora.

- Sí. Que se preparen. Atacaremos al amanecer – contestó sin mirarla. Inglin asintió con la cabeza y se dio la vuelta para marcharse, pero Delissë se giró y la retuvo un instante - Que no me miren – añadió simplemente mirándola intensamente. E Inglin comprendió, sin tener que decir nada más.

El viento parecía haber desaparecido de la faz de la tierra. Un sonido lejano se percibió en la distancia, y parecía acercarse por momentos, incrementando su fuerza poco a poco. Después, un silencio de muerte.

Avanzaron lentamente por el llano, ocultos por la niebla y por el silencio. Como si la magia del Bosque del Silencio se hubiera adueñado del lugar de repente. Pero llegando casi a los pies de la pared de roca, una lluvia de flechas ardientes les sorprendió, dejando las primeras bajas.

Delissë iba a la cabeza, y avanzaba calmadamente, sin hacer el menor ruido, sin apresurarse, mientras murmuraba palabras incomprensibles. Los hombres a su alrededor escondían la mirada a su paso, mientras ella parecía no darse cuenta de lo que ocurría en torno a ella. Su vestido rojo ondeaba al viento, al compás de sus cabellos dorados, agitados por un viento misterioso que parecía no existir más que alrededor de la Maia. Mas pobre de aquél que hubiera osado siquiera enfrentar su mirada, pues el fuego hubiera consumido su alma para siempre.

Y cuando llegó al pie de la montaña, se detuvo y alzó su voz en un grito que hizo temblar las piedras, y llenó de temor al enemigo. Y levantando las manos, dijo con poderosa voz:

“Tú, que eres el bosque oscuro y tenebroso, árbol, hoja, musgo y raíces.

Tú, que eres el agua que corre en los ríos, arroyo de la montaña que canta la vida.

Tú, que eres el sol que calienta la piel; tú, qué eres la nube que riega la tormenta”

Y mientras repetía lentamente las palabras, su poder iba escapando poco a poco, para convertirse en bosque, agua, sol… Y de la roca viva nacieron miles de enredaderas, que fueron poco a poco trepando por la pared en busca de las altas cumbres ocultas por la niebla. Detrás de ella, los Capitanes de Nurn sonreían, pues sabían ahora qué era lo que la Maia había estado planeando todo aquel tiempo. Y ahora, un sabor amargo y dulce a la vez les inundaba. El sabor de la sangre.

A partir de ese momento, todo se sucedió rápidamente. Orcos y hombres, aferrados a las enredaderas, treparon por los muros y las murallas, mientras los incrédulos ojos de los soldados de la Alianza apenas podían reaccionar ante lo que veían. Intentaron cortar las ramas que se aferraban a las piedras, pero por cada una que cortaban, cientos de ellas volvían a aparecer en su lugar. Los primeros hombres aparecieron tras las murallas, y ya no pudieron hacer nada.

Afanándose sobre una de las ramas aferrada a una roca, el hombre intentaba por todos los medios arrancarla de la pared de la muralla cortándola con un hacha. Sus rubios cabellos empapados en sudor caían sobre sus ojos, mientras su mirada se concentraba en el punto en el que la planta parecía más débil. Un reguero de sangre corrió por su túnica y bajo hasta su mano, y lo miró sorprendido. Se quedó un segundo inmóvil, y abrió la mano lentamente, dejando caer el hacha, que pareció planear un segundo hasta los pies de la muralla. Sin saber qué hacer, sin poder dejar de mirar su mano empapada en sangre, el hombre levantó el otro brazo, y se tocó la frente, sintiéndola húmeda. Un brillo de comprensión apareció en sus ojos, antes de caer de rodillas sabiéndose muerto.

Tras él, un joven miraba al hombre caído. Lejos, en el Norte, se hallaban las tierras de donde provenía el joven de cabellos oscuros y ojos negros como el carbón. Recordaba una batalla lejana, donde las llanuras se estremecen antes de llegar a las montañas. Nanda Girith, dónde tantos habían muerto. Donde su padre, gran capitán de la Segunda Compañía de Nurn, había perecido acuchillado cientos de veces. “Todavía eres un niño”, le había dicho su padre antes de partir, ante la insistencia de él a incorporarse al ejército, “tendrás tiempo de participar en las más grandes batallas, de engrandecer a Nurn con la sangre del enemigo derramada. Pero no todavía.”

Él había llorado y suplicado. Y su padre, acariciando sus cabellos, sonrió. “Cuando vuelva, hablaremos de nuevo de todo esto”. Y se marchó. Nunca cumplió su promesa. Aquellos que ahora se resguardaban tras gruesos muros, aquellos que luchaban ahora por defender su ciudad de la devastación, lo habían impedido.

Ahora miraba el cuerpo inerte de aquél que había caído sin saberlo, con la cabeza abierta y el yelmo roto. Un fuerte golpe había quebrado toda ilusión y todo esfuerzo, y la vida se había escapado de él corriendo alegremente como un río desciende la montaña. Se acercó hasta el hombre, y con un golpe certero, le cortó la cabeza, y la dejó caer tras la muralla. “Esto es en tu honor, Padre”.

El mediodía desvaneció los últimos jirones de niebla, y descubrió a los pies de las murallas de Tyelpëosto miles de cabezas horriblemente desfiguradas, surgiendo como horribles flores rojas entre las rocas y las plantas. Apostados en las murallas, figuras descabezadas vertían sangre, tiñendo las murallas de rojo.

Confiados casi por completo en una ciudad que consideraban inexpugnable, las defensas se rompieron rápidamente. Arrasados como hojas arrastradas por el viento, los soldados de la Alianza pronto conocieron el salvaje furor de las hordas de Nurn. Y tras ellos, el poder sobrenatural que la Maia, si cabe más salvaje todavía.

Delissë observó las calles destrozadas, y respiró fuerte aspirando el olor de la sangre y la muerte. El Castigo había llegado. Su poder de fuego se derramó y asoló las calles, incendiando todo a su paso. Figuras de Altos Reyes de Eithel-Glîn yacían en el suelo, rotas en mil pedazos. Tyelpëosto ardía. Sus oídos se llenaron de gritos de terror. A lo lejos, el llanto de un bebé se alzó estridente por sobre cualquier otro sonido, y el silencio repentino que le siguió fue la única evidencia de su cruel final. Gemidos y súplicas no tenían sentido para aquellos que dispensaban la Muerte.

Muchos lograron salvarse, pues la Alianza escondía túneles secretos de evacuación. No importaba. El Castigo había sido cumplido. Cuando todo acabó, Tyelpëosto se había convertido en un enorme cementerio esculpido en roca.

Helërauko, con las ropas tintas en sangre, se acercó hasta ella.

- Todo ha concluido – dijo, mientras ambos miraban por encima de los muros la devastación de la ciudad – Apenas hemos sufrido bajas, pero Faeryôl ha caído atravesado por muchas flechas. No sabemos si sobrevivirá… ni sabemos como atender a uno de su especie.

- Dadle sangre viva – sentenció ella – Los desdichados moribundos de Eithel-Glîn servirán para hacer revivir al vampiro de Nurn.

Helërauko asintió, y se dio la vuelta para marcharse. Luego pareció dudar.

- Te miré – afirmó por fin, algo confuso.

Ella se dio la vuelta y lo miró sonriendo, pero no dijo nada. Paseó su mirada por última vez sobre la ciudad en llamas, y siguió al hombre.




viernes, 23 de febrero de 2007

De puente a puente, y tiro porque me lleva la corriente


Éste, que representa la imagen, es, señoras y señores, el Puente de Calatrava, en Bilbao. También llamado por los lugareños, como yo misma, Zubi Zuri (Puente Blanco). La verdad es que es un puente bonito, no lo voy a negar. Se alza sobre la ría como si fuera la blanca vela de un barco, y se sostiene a base de largos cables blancos que se balancean suavemente. El suelo del puente está hecho de láminas de cristal, así que al cruzarlo debería dar la impresión de caminar sobre las aguas cual Jesucristo.

Pero digo debería. Y lo es porque la mayor parte de las veces lo que uno siente es como si patinara sobre hielo sin llevar patines. Y es que al Sr. Calatrava, el arquitecto en cuestión, ni siquiera se le pasó por la cabeza que en Bilbao, llovía. Vale, que sí, que ahora llueve menos (maldito cambio climático). Pero aún así, desde luego que nadie puede negar todavía que en el norte de España llueve bastante. Y el Sr. Calatrava no debió caer en la cuenta que combinar láminas de cristal y agua podía conllevar un resultado, por decirlo suavemente, desastroso.

No contento con eso, con las laminitas de cristal, no se le ocurrió otra cosa que diseñar un puente curvo, lo que crea una primera rampa ascedente de cristal, y para rematar, una descendente. Así que las abuelas, nuestras amamas, que se atreven a cruzar la pasarela en los días de lluvia, pues primero van resbalando y avanzando como caracoles por la rampa de subida, un paso hacia arriba, y dos hacia atrás. Y cuando llegan a la mitad del puente comienzan a patinar hacia delante, para coger velocidad en la rampa de bajada y acabar estampadas contra la valla de metal. Realmente sobrecogedor.

Y no sólo las abuelas. Los tacones son super traicioneros, ya que la base para patinar es menor. Eso sí, en esos casos, lo más probable es que caigas de lado. Y las zapatillas para qué contar... Lo de la suela antideslizante es una utopía.

En fin. El Ayuntamiento de Bilbao, después de las primeras denuncias de caídas una vez se inauguró el puente, se dedicó a inventar y reinventar diversos métodos para hacer que las láminas deslizantes de cristal se convirtieran en láminas no deslizantes de algo parecido al cristal. Nada funciona. Lo cual es aún más engañoso, porque una, pensando "ah, un cuadradito que no resbala" pisa confiada, para acabar con el culo en el suelo con más fuerza si cabe.

Vale. Todo eso es sabido. El puente lleva ya muchos años donde está, y ya "casi" nos habíamos acostumbrado. Pero ahora, el Sr Calatrava contraataca, cual Jedi justiciero, demandando al Ayuntamiento porque la obra que se ha añadido a "su" puente y que enlaza con el Ensanche, no le gusta. No le parece lo suficientemente buena para que vaya junto a su maravilloso puente. ¡Pobrecito!

Afortunadamente el Sr Azkuna ha estado esta vez (cosa rara) a la altura de las circunstancias, y ha declarado que esperará al arquitecto ante los tribunales. Y que se prepare ante la posible denuncia por los daños que ha tenido que cubrir el Ayuntamiento ante las quejas de los pobres usuarios de "su" puente.

Al Sr Calatrava se le podría recordar también la desastrosa obra de ingeniería que llevó a cabo con el Aeropuerto de Bilbao, La Paloma. Un recinto abierto a las corrientes de aire de Leoia, donde la ropa más adecuada para ir a coger un avión es un abrigo de esquimal.

Así que aquí acaba esta entrada. Indignada por cierto, para variar. Y con un último recado. Sr. Calatrava, es usted un fatuo y un ignorante.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Carnavales pasados por agua


Sí. Ya sé que llevo muchos días sin actualizar el blog. Pero es que entedme, las cosas se lían a veces de una manera que es imposible centrarse en escribir algo con sentido. Y ni siquiera sé si podré hacerlo ahora.

He estado unos días en Bilbao... ya se sabe, visitando a la familia y a los amigos. Lo cual significa dormir poco (sobre todo porque me toca un colchoncillo en el suelo jejejeje), y sobre todo, tener poco tiempo para una misma.

He ido de compras, afición que mi madre y yo compartimos. He visto el partido del Athletic, afición que mi padre y yo compartimos también (y afortunadamente, ésta vez ganamos). También he ido al cine, y en ésta ocasión, compartí opinión con mis amigos. No vayáis a ver "Gosthrider", bajo ningún concepto. A no ser que queráis matar el tiempo viendo una mala película.

Ah, y por supuesto, he salido en carnavales disfrazada de esponja. Es un disfraz muy fácil de conseguir. Basta ponerse cualquier cosa susceptible de atrapar agua, y que por supuesto, caiga una lluvia torrencial de esas que hace mucho que no se ven en éste país de sequía. Después, lo mejor es meterse en uno de esos locales donde sobrepasan el aforo permitido con creces, para no poder mover ni un músculo en el resto de la noche. Lo ideal para no notar el frío de la ropa mojada contra la piel. Eso sí, pese a todos los incovenientes, debo reconocer que lo pasamos bien ;)

Después, pues toca el regreso a Madrid y todo lo que supone volver a ponerse al día con la cotidianeidad. ¡Pero que nos quiten lo "mojao"!


Besos constipados!!

martes, 13 de febrero de 2007

Carta a mi amada


Escribo estas líneas y siento cómo mis manos tiemblan sobre el papel humedecido. La tinta se desliza suavemente sobre él, negra como la noche, como las profundas simas de Sorontarma. Negra como las altas murallas de Iaur Abad, la Maldita. Negra como la Muerte.

Nunca quise escribirte esta carta, que tú y yo sabemos nunca llegará a su destino. Tú, lívida en tu tumba en el cielo, muerta... Tus cenizas se han elevado como tantas otras, y han llegado hasta más allá de las estrellas. He sentido ésta noche su sabor en mis labios, y su sabor era como el beso que jamás compartimos.

Te escribo ahora, como si aún vivieras. Y tu esencia permanece aún conmigo. Como si tu mano blanca guiara mi mano muerta. Como si tu aliento de rosa calentara mi aliento frío.

Iaur Abad. Maldita ciudad condenada a la destrucción del mundo. Todo lo hermoso que tú eras se lo llevó consigo, y tu sangre permanece sobre la tierra yerma y dorada de su desierto.

No te vi en la batalla. Como lúgubres aves carroñeras cayeron sobre nosotros. El viento del norte rugía con fuerza acallando sus pasos. Y cuando las primeras flechas envenenadas fluyeron sobre nosotros precediendo a la muerte, yo sólo pude preguntarme dónde estabas. ¿Dónde estabas?

No llegó la muerte a mi entonces. Muerte dulce y deseada, que hubiera evitado sin duda el dolor que ahora me atenaza. ¿Dónde estabas? Levanté mi espada al cielo, y te vi entonces en cada reflejo de oro. Pero no eras tú. Y fue la ira la que me llevó entonces sobre sus alas, buscándote, mientras la sangre de mis enemigos teñía una y otra vez mi espada. Armaduras doradas caían a mis pies, y yo seguía mirándolas. Mirándote. Pero nunca eras tú. No eras tú.

Las primeras gotas de lluvia cayeron entonces. ¿Lloraba el cielo tu muerte, quizás sin yo saberlo?

Te amé en secreto. Siempre en secreto. Pensé quizás... tal vez, cuando terminara ésta guerra... Soñaba despierto mientras observaba tus ojos de cielo, y tus cabellos dorados. Soñaba en el día en que ambos regresaríamos a Sornosunë, y entonces, tal vez entonces, tus ojos se encontraran con los míos. Ya sin armas, sin miedos, sin sombras, sin muerte. Y entonces, tal vez entonces, mis labios, tus labios, fluyeran en un beso. En ese beso que nunca compartimos.

Pero entonces te encontré. Un rastro de sangre ennegrecida me guió hasta ti. Una lanza emergía de tu vientre, y tus manos la sostenían levemente. Desgarré mi voz gritando tu nombre, y me arrastré hacia ti, apartando con las manos un muerto tras otro. Y te miré. Tus ojos palidecían ya, pero aún me miraron, y una lágrima, sólo una, brotó de su mar. Y comprendí entonces que tú también me amabas. Pero ya era tarde. La luz se apagó, y todo fue oscuridad y miedo. Cerré tus ojos para no ver el vacío que quedaba en ellos. Y besé tus labios muertos, con sabor a sangre. Pero era un beso que no compartimos.

No puedo decir que vengué tu muerte, Mi Señora. Porque Iaur Abad se erige todavía ante mis ojos, y sus negros muros no hace más que recordarme tu muerte. Pero aún vivimos.

Porque cuando todo parecía perdido. Cuando creí que la muerte me llevaría también consigo, junto a todos los que amamos, ella regresó. La más amada de las Reinas, Señora de los Ramalië. Y con ella un ejército que haría temblar las entrañas del infierno, pues cientos de ents brotaron de las entrañas de la tierra, como una primavera que despierta de repente. Como si todos los bosques de Fanyarëa hubieran acudido a mitigar nuestro dolor.

Y ella estaba hermosa. No tanto como tú, amada mía. Pero hermosa. Y parecía que el único rayo de sol que atravesaba nubes, viento y lluvia, se había enamorado de sus cabellos de cobre. Y sus ojos de ámbar brillaban con furia asesina, mientras su espada abatía un cuerpo, y después otro.

No puedo engañarte. A ti no, mi amada muerta. No había ya entonces victoria posible. Tú ya habías muerto, y yo contigo. Inmóvil sostuve tu cuerpo entre mis brazos durante horas.

Cientos de ents nos rodearon entonces, y la reina en persona organizó la retirada. No puedo dudar, hoy, mientras tus cenizas aún reposan en mis labios, que si no hubieran llegado entonces, todos hubiéramos muerto.

Fue la Dama Nielune Melyanna quien me encontró, mucho tiempo después, aferrado a tu cuerpo inerte. Mis brazos, dormidos, no sentían ya ni el peso de tu carne. Alcé la mirada, y ella dulcemente, te arrancó de mis brazos, y depositó tu cuerpo sobre la tierra de nuevo. Luego, sin decir una palabra siquiera, me ayudó a levantarme. Sentí la sangre húmeda en su vestido, y ella susurró “Estoy herida”. Se tambaleó un instante, mientras señalaba una herida profunda en su espalda. Un trozo de metal dorado se había incrustado en su cuerpo, y sus ojos, suplicaban ayuda.

No quise dejarte allí, mi vida. Sé que en el fondo no lo hice. Porque yo morí contigo, en el mismo momento en que cerré tus ojos vacíos. En el instante en que besé tus labios fríos. Sólo mi cuerpo sigue con vida. Ella me dijo “Cuidarán de ella”. Y las hojas de los árboles se inclinaron hacia tu cuerpo, cubriendo la ignominia de tu muerte.

Después te vi de nuevo. Aún en la muerte, eras hermosa, eterna amada. Las llamas que lamían tu cuerpo no podían competir siquiera con el oro de tus cabellos, ni con la pálida luz de tu piel blanca. Durante horas he contemplado la pira funeraria, intentando respirarte por última vez.

Pero te contaré un secreto. Hoy lo he sabido. Mientras yacía inmóvil sobre éste lecho, la Reina ha venido a verme. Una venda cubría su brazo, pero apenas parecía que lo notara. Tal es el carácter de una reina. La furia dorada aún permanece en su mirada, acompañada de un dolor inmenso. Una sonrisa triste ha iluminado sus labios, y entonces, se ha inclinado sobre mí. Me ha susurrado un beso. Un beso triste, pero un beso de esperanza. Un beso que me ha hablado de un mundo más allá de éste, donde tú estarás siempre esperándome. He cerrado los ojos, y he visto un árbol blanco. Y un árbol de luz dorada. Y allí, bajo su luz, estabas tú.

Cuando he abierto los ojos, ella ya se había ido. Pero yo he llorado mis últimas lágrimas por ti, mientras te escribía ésta carta sin destino. He susurrado tu nombre por última vez, escribiendo éstas últimas líneas. Jamás mi voz volverá a herir el aire. No pronunciarán estos labios ninguna otra palabra. Hasta que te encuentre, bajo el árbol de luz. Entonces, sólo entonces, mis voz resonará otra vez gritando ésta vez tu nombre. Y tú responderás con ese beso que nunca compartimos.

Y yo estaré sin ti, pero contigo. Porque estoy lleno de ti, no te perderé.

No he de mirar atrás, sólo adelante;
Perdí el pasado, y el futuro es mío;
No te quiero perder; dame la mano,
Dame la mano y llévame contigo.

Cosas de cada día

Hoy hace frío en Madrid. Y eso a pesar de que hace sol. Y ya se que ésta información no es para nada interesante, pero es que debería salir... y no tengo ganas. Y es por eso que ahora mismo estoy aquí escribiendo ésta entrada. Vale... ya se que parece que no tengo mucho que decir...

Bueno. Algunas cosas. Me ha llamado mi padre hace un rato. Para preguntarme sobre todo qué pensaba hacer con lo de El Corte Inglés... y de paso me ha contado que a mi madre ayer le robaron la cartera ¡¡¡ Con 600 € !!! Así que nada más colgar he llamado a mi madre, para ver cómo estaba. Ya me había dicho mi padre que se había pasado el día de ayer llorando. Y bueno, pues lo que esperaba. Me ha dicho que se ha pasado toda la noche sin dormir, y que se siente muy tonta. Claro que, ya le he dicho yo, que sólo es dinero... Desde luego, hay cosas mucho peores. Todos lo sabemos. Y sé que lo que yo le diga no va a mitigar el disgusto.

Sobre El Corte Inglés... pues la novedad es que me han ofrecido el despido. Improcedente creo, porque se han ofrecido a pagarme 45 días por año, y el paro. Desde luego, lo estoy pensando muy en serio. Aunque al final mi jefa se vaya de rositas, tengo claro que lo que no puedo hacer es seguir alargando ésta situación. Más que nada por mi salud.

Eso sí. La buena noticia del día es que hoy me traen mi ordenador ¡¡ por tercera vez !! No soy muy optimista al respecto. De seguro que de nuevo no va a funcionar... Pero me han dicho que después de tres reparaciones deben ofrecerme uno nuevo... y si no funciona hablaré con la OCU a ver qué me aconsejan.

Y nada más por hoy. Al menos de momento. Creo que voy a poner la calefacción durante un rato... porque ya no siento ni los dedos.

Besos congelados!!

domingo, 11 de febrero de 2007

Mario Benedetti: A la muerte de un canalla

Poesía de Mario Benedetti dedicada a la muerte de P.

"Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren. Obituario con hurras. Vamos a festejarlo, vengan todos los inocentes, los damnificados, los que gritan de noche, los que sueñan de día, los que sufren el cuerpo, los que alojan los fantasmas, los que pisan descalzos, los que blasfeman, y arden, los pobres congelados, los que quieren a alguien, los que nunca se olvidan, vamos a festejarlo, vengan todos, el crápula se ha muerto, se acabó el alma negra, el ladrón el cochino, se acabó para siempre, hurra, que vengan todos, vamos a festejarlo, a no decir la muerte siempre lo borra todo, todo lo purifica, cualquier día la muerte no borra nada, quedan siempre las cicatrices, hurra murió el cretino, vamos a festejarlo, a no llorar de vicio, que lloren sus iguales, y se traguen sus lágrimas, se acabó el monstruo prócer, se acabó para siempre, vamos a festejarlo, a no ponernos tibios, a no creer que éste es un muerto cualquiera, vamos a festejarlo, a no volvernos flojos, a no olvidar que éste es un muerto de mierda."

viernes, 9 de febrero de 2007

Sorpresa, Sorpresa


Anda que... Que hay gente para todo ya lo sabía. Y ya pensaba que había pocas absurdeces con capacidad para sorprenderme. Pero que va... Eso sí, he estado un buen rato por aquí muerta de risa :P


Os lo dejó por aquí. Se trata de un extracto de algunas cartas dirigidas a "Sorpresa, Sorpresa". Lo siento por los becarios que seguro se dejan las pestañas leyendo estas tonterias.


FRAGMENTOS DE CARTAS ESCRITAS AL PROGRAMA "SORPRESA, SORPRESA"


  • Su madre tuvo también un embarazo, creo que nacieron dos, una niña y un bicho, no se como sería, a mí no me lo explicaron.

  • Camilo Sesto es su ídolo, lo tiene hidrolizado.

  • Con él hemos pasado muchas, me robaba dinero y entonces su padre se lo llevó a trabajar aun bar los fines de semana y ya es normal, y él estudia y saca buenas notas.

  • Se pega un golpe en el coche que le sale un chichón en la frente.

  • Aún así ella se declina por la primera opción.

  • A mi hermano le gusta el heavy y su grupo favorito son Héroes del Silencio.

  • Mis padres se casaron de una manera muy extrovertida, pues en la iglesia sólo estaban ellos dos y dos testigos.

  • En el confesionario de la Renol.

  • El sueño de su vida es que le hagan 20 centímetros más altos en los Estados Unidos, en las máquinas que hay para los chicos que se quedan pequeños o que no crecen. Tiene 14 años y sólo mide 1,73.

  • Mi padre está cansado de su herencia, la jaqueca, y encima tiene una enfermedad de expediente X, le duelen mucho los testículos y clínicamente es un dolor desconocido.

  • ... y ahora os cuento el tic de la cuestión.

  • Mis tíos se devoran por los niños, pero la mala suerte es que no los puede tener, ella ha estado en tratamiento pero no ha dado resultado y lo más ingsolente ese que para la adopción no le dan facilidades.

  • Estuvo durante 9 meses como acorralala su suegra la martrataba cicológicamente y verbar. El médico llamó al cicólogo decidieron engresarla.

  • La relación entre Giulana y Basilio no era buena, existían muchos conflictos llegando incluso a insultaría en grado mayor.

  • Va a dar clase de analfabetización para adultos.

  • Se tuvo que ir a trabajar alas muelles con colchones.

  • Su mayor ilusión sería conocer a Mijarovic y por eso te transcurrido a ustedes que son los únicos que me pueden ayudar...

  • Ella sabe muchos idiomas y por eso a veces se confunde con la aritmética.

  • Nos conocimos por la radioaficionada. Es perpléjica y desearía contrastar con él. Yo soy de profesión pensionista.

  • Al día siguiente fui a relevar el carrete de fotos y no salió ni una.

  • Te mando esta carta en mal estado pero con el poco tiempo que tengo?

  • Me gustaría darle una sorpresa a mi hermana, ella suelta con perder unos cuantos kilos.

  • Soy una auyente de tu programa.

  • Nos compramos una moto tipo choped.

  • Me gustaría regalarle un caballo, aunque fuera de segunda mano.

  • A Rocío le gusta mucho Leonardo di Caprio, ya que tiene su cuarto lleno de postres de él.

  • A ella le gustan todos los deportes, y sobre todo el flamenco.

  • Mi hermana se llama Adela y es una gran cinefada.

  • Esta es la gran sorpresa que quiero dar a mi esposa como premio por haber tenido a ese hijo y plantar cara (con la cabeza agachada, eso sí) al mundo.

  • Tiene el cerebro destruido y menos mal que no se quedó tonto.

  • Ya van tres años que no le veo y me gustaría no se si verle a hablarle vía microondas, pues no sé.

  • Su actor preferido es Leo Dicaprio. Se sabe todos los versos de Romeo y Julita.

  • A él (mi padre) le gustan los perros. De hecho tuvo uno durante años con madre. Se llama Mora y es negra (la perra, no mi madre).

  • Próstata: el motivo de mi carta?

  • Mi madre no trabaja, tiene de profesión sublabores.

  • ... porque al mes y medio de estar en Suiza, mi madre cayó embarazada?

  • Después de dos años mi madre iba a trabajar pero de nuevo cayó embarazada.

  • Hola Isabel: En primer lugar perdón por escribirte en hoja normal.

  • A mi hijo Esteban le encanta desde muy chiquitín los mamíferos, es decir, todo lo relacionado con el mundo submarino, e incluso el mar.

  • Imita muy bien a Lina Morgan. De hecho por imitar a Lina Morgan le han operado ya cuatro veces de la pierna.

  • Y sobre todo lo que emociona es ver el cariño y el amor que procesa a sus parejas.

  • ... llevándolo al hospital de San Juan de Reus, donde tuvieron que imputarle la pierna izquierda.

  • Mi madre se asimila mucho a Isabel Pantoja.

  • La enfermedad que tiene no sabemos si es síndrome de Down o es mogólico.

  • A mi papa todo le pasa por debajo.

Un saludo sorprendido!

Dejarse llevar por la ira

No acostumbro a poner dos entradas por día, aunque este maldito blog tenga la manía de publicar mis entradas con la fecha del día anterior. Aún así no suelo hacerlo. Pero esta noche (porque pese a lo que diga el oasis, son las 2 de la mañana, no las 4 de la tarde), no puedo más que dejarme llevar por mi ira asesina, y escribir una segunda entrada. Y desde luego, no tiene nada que ver con la melancolía de la entrada anterior.

Me gusta la idea de poner una imagen al principio de cada entrada, y al terminar de publicar la anterior, he invertido parte de mi tiempo buscando una imagen que resultara adecuada, tanto en el sentido de la entrada, como estéticamente. He buscado y rebuscado, pero no he encontrado nada adecuado. Lamentablemente, he encontrado algo que no estaba buscando. Una noticia que me ha provocado náuseas, y un malestar que desde luego que esta entrada no va a lograr apaciguar.


El título es el siguiente: "Los internautas chinos se movilizan para capturar a la sádica asesina de un gato". No voy a poner la imagen que acompañaba la noticia, porque no quiero herir la sensibilidad de nadie, y menos la mía cada vez que entre a mi propio blog.


Resumiré la noticia, que en pocas palabras es la que sigue. Un grupo de hijos de puta, porque no tienen otro nombre, grabó un video de una mujer china matando a un gatito a pisotones con unos largos zapatos de aguja. El macabro video fue publicado en una web llamada "Crushworld" que se dedica a promover el sadomasoquismo, y el fetichismo hacia los tacones de aguja, ya que se dedica a vender zapatos de aguja.


Vale. Contened todos las ganas de vomitar. Afortunadamente, el acceso a ésta web se encuentra bloqueado. Y gracias a las investigaciones de muchos internautas chinos, la web 6Park parece que ha logrado identificar a los autores de este crimen, haciendo además públicos los nombres de los implicados. Tanto el de la mujer, como el del cámara y el contacto que aparece en la web de venta de zapatos de tacón (no pongo el enlace porque está en chino y no entiendo nada, y porque en esa web aparece también el vídeo de marras).


Ésta, es la noticia. No hace falta que de mi opinión porque creo que está bastante clara. No me considero una persona violenta, pero de verdad, si esta gente estuviera delante de mí, os juro que no sé lo que haría. La ira, la rabia, las ganas de llorar, que siento en este momento, sólo de imaginar el dolor y el sufrimiento del pobre animalito...


Prefiero no decir nada más. Me quedaré en silencio, y me reservaré la imaginación. Sólo decir que hoy, de nuevo, siento asco de pertenecer a la especie humana.

Sonrisas tristes


Revisando hoy el blog, me he dado cuenta que hace mucho tiempo que no escribo nada sobre mí misma. A parte de los comentarios políticos, o los poemas que deseo compartir con el mundo (por muy trillados que parezcan), y por supuesto de mi propia obra (veáse entrada anterior), pues no había escrito nada acerca de lo que hay en mi vida en estos momentos.

Lamentablemente, después de pensarlo un rato, me he dado cuenta de que tengo poco que contar. Es decir, matizando, que hay pocas cosas que quiera contar, porque no tengo el ánimo quizás de compartir la serie de problemas triviales que me acompañan hoy por hoy. Y aquellos problemas que no son triviales, es mejor dejarlos fluir cuando el ánimo mejore.

Hay una amiga que siempre me dice que cuento los problemas con una gran vena tragicómica. Como un payaso que llora por dentro pero que siempre lleva pintada una hermosa sonrisa a juego con una preciosa nariz roja.

Ésto, desde luego, es una gran ventaja para aquellos que me rodean. Pero me pregunto si realmente será bueno para mí. He pasado tanto tiempo enterrando sentimientos, que ahora no se por dónde empezar a cavar cuando necesito dejarlos salir. Y creedme, me cuesta mucho más trabajo desenterrarlos que enterrarlos. Cualquiera diría que cuando nacen, ya nacen así, y escarban por sí mismos hasta incrustarse en las profundidades de la tierra. De manera que yo ni siquiera tengo que ensuciarme las manos de tierra. Si tuviera que elegir una canción acorde con mi corazón, ahora mismo sólo me viene a la mente "Soy minera". ¡Qué lástima!

Espero para las próximas entradas recuperar mi vena tragicómica. ¿No dicen que la mejor terapia es saber reirse de una misma?

Un beso de payaso!

jueves, 8 de febrero de 2007

El Bosque del Susurro

La muchacha de dulce rostro se adentró en el bosque aunque era tarde. No pensaba demorarse mucho, sólo tenía que recoger algunas plantas que crecían a los pies de los enormes robles que había al norte. Oscurecería pronto, más aún entre las sombras perpétuas de los árboles, pero sabía perfectamente dónde iba y no podía tardar mucho.

El vestido se le enganchaba entre las ramas bajas de los árboles y los arbustos. Sonreía cada vez que tenía que desengancharlo. Se sentía feliz en el bosque. La vida bullía en su interior de mil formas distintas, y sus ojos grises se deleitaban con cada una de ellas.

Libre de ataduras y convencionalismos, la muchacha soltó sus cabellos rubios y corrió descalza por el bosque, sin pensar en nada. Sus pasos, bailarines pero decididos, la llevaron a través de la espesura a un rincón profundo y oscuro del bosque.

Bajo las húmedas ramas de los grandes árboles, crecía abundante vegetación, aprovechando las pocas gotas de luz que les daban vida.

La muchacha se arrodilló ante uno de los árboles, y se dedicó a recoger las que necesitaba mientras tarareaba una canción.

Totalmente absorta en su quehacer, no oyó el susurrar de los arbustos al moverse. Siguió cantando mientras se apresuraba en recoger las últimas. Unas pocas más y sería suficiente, pensó.

Una rama traicionera crujió y delató a la sombra. La muchacha se levantó y miró alrededor incómoda. No vio nada extraño, pero ya la duda se había adueñado de su mente. Intentó tranquilizarse un poco. Tal vez algún pequeño animalillo andaba por la zona buscando algo que comer, pensó.

No estaba tan lejos de la verdad... Algo temblorosa se puso en marcha, intentando no correr, pero apresurando el paso. Se sentía perseguida, pero lo achacó al miedo y a su imaginación sobre todo. Fue un error. Todo contribuyó a ello. La prisa y el miedo la hicieron caminar sin fijarse bien donde ponía los pies. Trastabilló un par de veces, pero consiguió mantener el equilibrio. Cuando su vestido se enganchó una vez más en una rama baja, no pudo evitar entonces caer de bruces levantando un polvo espeso de tierra y hojas.

Aparte del orgullo y algún arañazo, no parecía grave. Se arrodilló mientras se limpiaba la tierra del vestido, y recogía las plantas que se le habían caído.

Fue entonces cuando los vio. Los ojos rojos la acechaban. Podía verlos ahora con claridad refulgir entre las sombras. Las hojas cayeron de sus manos temblorosas, e intentó levantarse, pero no pudo. El vestido se había rasgado, pero seguía enganchado.

Tiró de él como pudo, sin conseguir soltarse, y volvió los ojos angustiados hacia la derecha. Los ojos habían desaparecido.

Un sollozó desgarró su pecho. Intentó volver a soltarse, desesperada. Pero ya era tarde. Ciertamente, hacía ya tiempo que era demasiado tarde para ella. Cuando lo consiguió, se lanzó hacia delante haciendo un esfuerzo sobrehumano...

Hacía días que buscaba entre la maleza una buena presa que llevarle a Su Señor. Cuando encontró a la muchacha, apenas pudo creerse su buena suerte. Por fin podría volver, y era un ejemplar magnífico. En un instante pasó de pensar en vagar tristemente por la tierra, a pensar en una buena recompensa a su caza. Se arrastró entre la espesura, buscando el lugar adecuado para lanzarse al ataque. Sus movimientos eran en extremo sigilosos, salvo por una rama caída que no vio al avanzar con la mirada fija en la presa. Eso estuvo a punto de echar todo al traste. La muchacha se puso en guardia, atenta, observándolo todo. Consiguió conservar la calma, y contener la respiración. Unos instantes más y sería suya. Sólo necesitaba un poco de paciencia.

Cuando ella comenzó a desandar el camino, él se adelantó hábilmente. Sentía crecer su miedo, y eso le animaba cada vez más. El olor del pánico era en extremo excitante y necesario en la caza.

La observó avanzar torpemente, hasta que finalmente ella cayó al suelo. Otro golpe de suerte. Si pudiera sonreír, evidentemente ese sería el momento de hacerlo. No podía, así que simplemente se dejó ver débilmente. Y ella lo vio. Sus ojos se abrieron con un inconfundible gesto de incredulidad, y se oscurecieron por el miedo. Luchó contra las ramas, y contra su propia torpeza, y luego volvió a mirar esperando encontrarle aún entre las sombras.

Pero él ya no estaba allí. La muchacha se zafó entonces por fin de las ramas que la retenían aún en el suelo, y se lanzó hacia delante en la búsqueda de la salvación. Pero él estaba preparado. Se abalanzó sobre ella, y dirigió sus fuertes mandíbulas directas a la garganta de la muchacha.

Ahora, sólo tenía que esperar a que poco a poco la falta de oxígeno la dejara inconsciente. Pero no era del todo su día de suerte. Ni mucho menos.

La muchacha se defendió. Golpeó con fuerza cada parte de su cuerpo, hiriendo una y otra vez su piel blanda. Con fuerza inusitada, agarró una rama cercana y le golpeó en la cabeza, lanzando mil astillas que se clavaron en la piel de ambos.

Entonces sintió la sangre. La sintió entre sus dientes, mientras notaba como poco a poco se hundía en la garganta de ella. El sabor, y el dolor, acabaron por descontrolarlo todo. Ella sentía escaparse la vida, pero con un último esfuerzo, insertó la rama astillada en su abdomen blando y gris, quedando todo inundado de sangre espesa y amarillenta.

Él se sintió morir de dolor. Se sabía muerto. Fue consciente de que esa sería su última presa, pero a pesar de ello, no la iba a dejar escapar. Apretó aún más sobre la garganta de la muchacha, y finalmente un borboteo terrible brotó de ella.

Retiró sus fauces de ella con un gran trozo de carne entre los dientes. La muchacha temblaba en su agonía. Sus ojos eran grandes óvalos de cristal, de un color gris oscuro... y miraban su propia carne entre las fauces de la sombra con incredulidad.

Una pequeña vena roja, parecía resistir aún, y era lo único que unía la profunda herida de su garganta con aquel trozo de carne informe que antes fuera parte de ella. A través de la herida, se veía perfectamente el hueso, teñido de sangre.

Finalmente, la sombra cayó hacia atrás, con un ligero estertor de muerte, y la delicada vena se rompió, lanzando a su alrededor un chorro de sangre.

Durante un segundo solo quedó allí la muchacha, temblando... Un segundo inmenso, y por fin llegó la paz.

sábado, 3 de febrero de 2007

¿Por qué luchamos?


Me preguntó por qué luchamos porque hace tiempo que no encuentro respuesta. Solía pensar que la Paz era el objetivo final. Que pese a la diferencia de opiniones, todos luchábamos por lo mismo, fuera cual fuese nuestra opción política. ¿Más allá de izquierdas o derechas, en el fondo no somos todos humanos? Nadie puede poner en duda nuestra "especie humana", pero yo he llegado a poner en duda nuestra "humanidad".

Muchas veces he preferido omitir opiniones sabiendo que podrían malinterpretarse. Sobre todo si aquél que las lee, o escucha, deseara hacerlo. Pero hoy voy a ser muy clara, porque creo que no puedo guardar más tiempo todo lo que bulle en mi interior.

Desde hace mucho tiempo defiendo dos posturas que a mi entender son totalmente excluyentes. Y eso me hace vivir en cierto "conflicto interno". La primera de ellas es que soy de izquierdas, por más que les pese a muchos. Orgullosa de ser comunista marxista. De odiar todo lo que huele a dictadura. De amar al Ché, a Salvador Allende, a Victor Jara, a Silvio... Siempre he dicho, muy orgullosa de ello, que "Yo nací comunista".

La segunda de ellas, sin embargo, ha sido inculcada en mí poco a poco y casi sin darme cuenta. Me rebelo en cierta manera. Intento asociarlo a la idea izquierdista del federalismo, aunque a fin de cuentas sé que no es del todo cierto. El nacionalismo vasco se me ha inculcado a lo largo de los años, y cada día se afianza con más fuerza en mí. Soy de Bilbao, porque como decimos allí, el bilbaíno nace donde le place. He vivido en Bilbao durante la mayor parte de mi vida, y pese a ello, fuí de izquierdas. De mis clases de Ciencias Políticas recuerdo perfectamente las teorías del nacionalismo, y cómo se crean las Identidades Políticas. Siempre hago referencia a la confrontación del ellos-nosotros.

Pero soy consciente de que ambas opciones políticas son excluyentes, por más que algunos defiendan lo contrario. ¿Y ahora qué hago? Pues buscar sobre todo los puntos de unión de ambas posturas.

Hoy he leído la nota enviada por el Foro de Ermua convocando a la manifestación de mañana. No he conocido en mi vida asociación más vergonzosa que esa, repleta de trepas que utilizan el dolor para progresar en la vida. He conocido a alguno en persona. Como la Sra Edurne Uriarte, que utilizó un atentado contra su persona para conseguir una Cátedra de Ciencia Política. ¿Triste verdad? Sobre todo porque aquél atentado podía haber acabado no sólo con su vida, sino con la de muchos otros, alumnos como yo, que nos encontrábamos allí por aquél entonces. ¿No nos convierte eso también en víctimas del terrorismo igual que a ella? Vaya. Quizás si me lo hubiera planteado antes, le hubiera podido sacar algún rendimiento también... ¿Quizás todavía esté a tiempo? ¡Qué dilema...! Lástima que mi ética no me lo permita.

Pero analicemos esta nueva convocatoria:
1.- Debemos aprender de nuestro pasado que ETA no pone en riesgo la paz, sino la libertad y que cuando se ha hablado de “proceso de paz” para referirse al diálogo con los asesinos, se ha utilizado un término engañoso; España no está en guerra: no volvamos a repetir este error.
Pedimos que no se hable de paz, cuando lo que se requiere es un proceso de libertad y de aplicación de la ley, para que haya justicia.

Vaya, o sea, que no hay que hablar de paz. Bueno, ya nos vamos entendiendo. No luchamos por lo mismo, y a partir de ahí, ya no puede haber punto alguno de encuentro. Vaya, España no está en guerra... ¡Pedazo descubrimiento! Afortunadamente esto no es una guerra. Pero no es la guerra la única forma de romper la paz, señores. A la gente sensata, nos da igual que se llame "proceso de paz" o "proceso de perros verdes". A la gente sensata, lo único que nos importa es el objetivo. ¿Quieres llamarlo paz, libertad o sueño? Llámalo como te de la real gana. Pero claro, como no buscamos la paz, sino la confrontación, pues aquí está este primer punto con una petición tan ridícula como ellos.
2.-Debemos aprender de nuestro pasado que las víctimas del terrorismo que dicen “no a la negociación” no hacen partidismo, sino que defienden los principios y valores por los que muchos de ellos se han convertido en víctimas. No se han politizado como víctimas, sino que precisamente los han convertido en víctimas, en su mayoría, por sus posturas políticas o personales frente a ETA o frente al nacionalismo o por su entrega en defensa del Estado de Derecho. Por eso ha sido una equivocación establecer diferencias entre las víctimas y olvidar las peticiones de las asociaciones que mayoritariamente las representan. No volvamos a repetir este error.
Pedimos que se respete y escuche la opinión de las víctimas, sin estigmatizarlas y sin acusaciones de politización que sólo vienen a hacer más profunda la herida que les ha dejado el terrorismo, ya que se les supone incapaces de tomar mantener opiniones o tomar decisiones al margen de los intereses de los partidos políticos. Seamos solidarios con todas las víctimas de ETA, hoy especialmente con Carlos y Diego, por la cercanía de su asesinato, pero con todas las anteriores también.
Este punto lo retomaré más adelante, enlazándolo con otro. Creo que se comenta casi por sí sólo. No obstante, resaltaré lo evidente. Como dice la canción, "No es lo mismo". NO es lo mismo que alguien se convierta en víctima por defender un ideal político, a que alguien saque provecho político de esa víctima. No es la víctima la que se "politiza", señores. Son los demás los que lo hacen, exhibiendo su dolor y buscando la adhesión a su idea política en base a la pena. Como seres humanos, siempre nos ponemos en el lado del más débil. Así debería ser también en éste caso. ¿No sería más provechoso preguntarse por qué hay gente que no se pone en ese lugar e intenta desmascarse de todo lo que representa? Gente normal, que no apoyamos la violencia, intentamos por todos los medios alejarnos del circo de miseria que tienen montado. Porque a fin de cuentas, eso es lo que tienen entre manos. Un circo.
Que las víctimas del terrorismo digan "No queremos negociar", lo puedo entender. Es totalmente razonable, en su situación, no querer hacerlo. En ellos debe hacer mucho dolor, y miedo, e ira, y rabia. Son sentimientos totalmente comprensibles. ¿Pero debemos el resto de los españoles dejarnos llevar por éstos sentimientos? ¿O quizás deberíamos ayudarlos a superarlos, y superar entre todos esta situación, aunque sea con algo tan "absurdo" como el diálogo?
3. Debemos aprender de nuestro pasado que las mal llamadas treguas de los terroristas no son más que una parte de su estrategia terrorista, una pieza lógica y esencial de su proyecto para imponer su voluntad por medio del terror y obligar al Estado a sentarse a negociar bajo amenaza. Ha sido una equivocación responder a esa estrategia con ofertas de diálogo o modificaciones de la política antiterrorista: no volvamos a repetir este error.
Pedimos el compromiso firme para no volver a modificar jamás la actitud y las medidas contra ETA porque ésta decida declarar una tregua. Sólo el anuncio incondicional del abandono inmediato y definitivo de las armas y de toda la actividad terrorista, acompañado de hechos que lo acrediten con absoluta seguridad, deberá valer para los demócratas.

Este punto es increíble. Se lo recuerdo, señores. El comunicado de ETA, ésta vez al menos, no hablaba de tregua, sino de "alto al fuego indefinido". Pero además añado. Estos días hemos visto de nuevo que en Irlanda, despues de tantos años, todavía siguen verificando el desarme del IRA. ¿Cuántos años han pasado desde que el IRA anunció que abandonaba la lucha armada? Ya ni me acuerdo. Y aún así, todavía siguen desarmándose. Pero no. El Foro de Ermua es más chulo que un ocho, y siendo tan listos como dicen que son, piden el abandono "inmediato" de las armas. Ah, y la comprobación con "absoluta seguridad". Me daría la risa si no fuera un tema tan serio.
4. Debemos aprender de nuestro pasado que no hay nada que negociar con ETA. En primer lugar porque no hay espacios legítimos entre la Democracia y el proyecto liberticida de la banda. Y en segundo lugar porque los intentos de diálogo no son gratuitos: sirven para legitimar a los terroristas, para hacerles concebir esperanzas y para que puedan recomponer sus fuerzas y animar a sus bases; la política de hacer, prometer o insinuar concesiones no logra, como se ha visto, más que fortalecer a los terroristas. Por eso la negativa a cualquier diálogo o negociación es el único camino para que pierdan toda esperanza de conseguir ninguno de sus objetivos y se extienda así entre sus filas y simpatizantes la desmoralización. Una desmoralización que acelere la degeneración y consiguiente derrota de ETA y la conquista de la libertad. Frente al fascismo de ETA no cabe más alternativa que la firmeza democrática, la movilización ciudadana y la persecución judicial y policial. Por eso, cuando se han abierto escenarios de negociación con la banda, se ha tomado el camino equivocado: no volvamos a repetir este error.
Pedimos que se rechace cualquier tipo de diálogo o negociación con ETA y que se apueste por su derrota con todos los instrumentos del Estado de Derecho.
Este es el punto más ridículo de todos. Remarco. FRENTE AL FASCISMO DE ETA, NUESTRO PROPIO FASCISMO, Y OLÉ. Es más o menos lo que viene a decir. Ah, y la frase más importante: "el proyecto liberticida de la banda". Señores, "liberticida" según la Real Academisa significa "que mata o destruye la libertad". Díriase que se refieren a sus actos terroristas. Pero no caigamos en ese error. Este término lo aplican, a sabiendas, a su proyecto político. Es decir, consideran que su proyecto "independentista", asesina la libertad. Un proyecto que se basa en la propia libertad de los vascos. Ese proyecto, no es un proyecto de esa banda. Es un proyecto que comparten muchos vascos. Vascos que no comparten sus métodos, que están en contra de su violencia. Este es el punto más importante de todos, porque realmente es el define al Foro de Ermua, y a todos los que lo rodean. Dicen no estar en guerra, pero se niegan a negociar. Dicen no estar en guerra, pero su lema es "desmoralizar al enemigo". Dicen no estar en guerra, pero aún así, buscan el enfrentamiento entre dos posturas políticas buscando derrotar al otro por medio de la fuerza.
Citaré al respecto la definición de "Poder Político", tal como lo definió la Sra Edurne Uriarte en sus clases de Ciencia Política. Poder Político: aquél que se sirve de la fuerza, ya que el poder político es el único legitimado para hacer cumplir por la fuerza las leyes del Estado.
¿Repetimos que no es lo mismo? No es lo mismo utilizar la fuerza legítima del Estado para luchar contra el terrorismo, que aprovechar esa fuerza para luchar contra una idea política, sólo porque ésta idea sea contraria a la propia.
5.- Debemos aprender de nuestro pasado que la unión de las principales fuerzas políticas de España en una política antiterrorista sustentada sobre bases claras y de firmeza, apostando por la derrota de ETA y contra la negociación, es el mejor camino para reducir a los terrorista a la incapacidad y marginalidad y conseguir, finalmente, su derrota y el triunfo de la libertad. La ruptura del Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo fue una equivocación: no volvamos a repetir este error.
Pedimos la recuperación del Pacto de Estado por las Libertades y contra el Terrorismo en toda su integridad. Pedimos unidad en la lucha antiterrorista basada en unos principios conocidos y claros que eliminen del horizonte cualquier posibilidad de negociación o final dialogado con la banda.
Precisión en los términos, solidaridad y respeto a las víctimas, unidad en la firmeza y en la defensa de la libertad y la Constitución, rechazo explícito y contundente de toda negociación, abandono de cualquier horizonte de final dialogado de ETA y compromiso para obtener su derrota con todos los medios del Estado de Derecho. Ésas son nuestras peticiones y nuestras democráticas exigencias.
El criminal atentado de ETA en la T4 de Barajas exige una respuesta ciudadana y popular masiva, como la que ejemplarmente protagonizó la sociedad española tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Como entonces se puso de manifiesto, sólo una multitudinaria respuesta social de este tipo –capaz de desbordar y superar las divisiones y los recelos partidistas– tiene la fuerza necesaria para combatir a los terroristas, sus cómplices y quienes los amparan, los financian o los justifican. Exigimos a todas las fuerzas políticas democráticas que se unan a la inmensa mayoría de los españoles para llevar a cabo esta urgente tarea. Quienes se opongan a este camino de unidad y firmeza asumirán una gravísima responsabilidad ante la sociedad española.

Aquí vuelvo a enlazar con el punto 2. Por favor, por lo que más queráis. Dejar de utilizar a Miguel Angel Blanco. Muchos de nosotros nos manifestamos por su libertad, por su vida. Muchos de nosotros lloramos entonces, y compartimos el dolor de su familia. Muchos de nosotros vimos en él un símbolo, sobre todo porque descubrimos que juntos, podíamos mucho más que los terroristas. Pero hoy por hoy, lo habéis utilizado tantas veces para conseguir votos, que sentimos vergüenza ajena.
Cuando Miguel Angel Blanco fue asesinado, pensé, y creo que muchos más lo pensaron también, que la sociedad española y la vasca habían llegado a un entendimiento y a una unidad por encima de todo lo que las separaba. Apenas poco después ETA volvió a matar, ésta vez en Santutxu a un Guardia Civil, o un Policía, no recuerdo, la verdad. Y de nuevo, volví a manifestar mi repulsa frente a éste acto. ¿Y sabéis que? Me sentí sóla. Porque de esa víctima, no había rédito político del que beneficiarse. Y claro, no importaba. Y comprendí entonces cómo había sido utilizada, como muchos otros, en función de una idea política. Y que no importaba tanto Miguel Angel, como víctima, sino lo que representaba para el PP como ventaja política. Y ese mismo día, me prometí a mí misma que nunca más iría a una manifestación por las víctimas del terrorismo. Y doy fé de que he cumplido mi promesa.

Ah, pero ahora, analicemos los lemas que se van a lanzar en la manifestación de mañana:
- RENDICIÓN EN MI NOMBRE NO.
- NEGOCIACIÓN EN MI NOMBRE, NO.
- NEGOCIACIÓN ES CLAUDICACIÓN.
- NEGOCIAR ES CLAUDICAR.
Porque para estos pequeños cerebros, dialogar es rendirse.
- A QUIEN VUELVA A NEGOCIAR, NO LE VAMOS A VOTAR.
Porque claro, un cerebro pequeño es igual a una memoria pequeña. Se deben haber olvidado de las negociaciones del PP.
- NUNCA MÁS VOLVER A NEGOCIAR.
- QUE BARBARIDAD, QUE BARBARIDAD, PONEN UNA BOMBA Y QUIEREN NEGOCIAR.
Claro, porque son unos ignorantes. Ni siquiera recuerdan que uno de los atentados más graves del IRA tuvo lugar precisamente durante su proceso de Paz.
- CONSTITUCIÓN Y NO NEGOCIACIÓN.
Vaya, si es que ahora el diálogo es inconstitucional. A ver si va a tener razón ETA, y lo que hacen ellos es lo constitucional... (leáse la ironía).
- ESTOS PRESOS SON ASESINOS.
Una verdad como una casa. Por eso están en la cárcel. Si todavía se habrán quedado extenuados después de haber llevado a cabo semejante razonamiento.
- JOSU TERNERA, TU SITIO ESTÁ EN LA TRENA.
Si bueno, igual que la anterior. Si es que todavía deberíamos darles el Nobel de Física.
- ETA Y BATASUNA SON TODO UNA.
Que más quisieran ellos. Y si pudieran meter a EA, PNV, CIU, BNG, ER y cualquier otro partido nacionalista en la lista, también lo harían.
- SIN PISTOLAS NO SON NADA.
Vaya, que listos. ¿Pero quereis que dejen las pistolas o no?
- QUE VUELVA, QUE VUELVA, EL ESPIRITU DE ERMUA.
No puede volver, está muerto. Os lo habéis cargado vosotros mismos, dicho sea de paso.
- VASCOS SI, ETA NO.
Claro, porque también hay vascos en las víctimas... y muchos. Sino habría que ver cómo cambiaba esa frase.
- ESPAÑA UNA Y NO 51.
¿51? ¿Os referís a las provincias? ¿Todavía no sabéis que España se divide antes en Comunidades Autónomas? Joe, si es que puestos a dividir España, por lo menos hacerlo bien. Ah, vale, que era una exageración. A ver si entendemos, que sí, España siempre habrá sólo una. Sólo que además de una España, puede haber una Euskadi. Ni que después de todo le fueran a poner el nombre de España también...
- ESPAÑA UNIDA JAMÁS SERÁ VENCIDA.
Ojalá Quilapallún tuviera algo que decir respecto al uso de su canción en una frase tan franquista.
- ETA CANALLA, ESPAÑA NO SE CALLA.
Aprovecho ésta para recordaros que no sois España, sólo una parte de su ciudadanía. España somos más.
- OTEGI, CANALLA, NAVARRA ES ESPAÑA.
Y el resto no lo es? Y no será Navarra lo que quiera ser?
- LA HISTORIA NO ENGAÑA, EUSKADI ES ESPAÑA.
Por favoooooooooooooooooor!!! Que les enseñen historia!!!! Pandilla de ignorantes...
- ZAPATERO, LAS VÍCTIMAS PRIMERO.
Primero de qué?
- NO ESTAIS SOLOS, ESTAMOS CON VOSOTROS.
Supongo que con las víctimas. Con nadie más.
- QUEREMOS VENCEDORES Y VENCIDOS.
Vaya, ¿no habéis pensado que con tanta muerte, ya no puede haber vencedores? Todos hemos sido vencidos...

Bueno, no me merece ya la pena seguir. Estoy cansada. ¿Vencida? Nunca!!! Sólo sé que cada vez que veo a esta gente en televisión, o en internet, cada vez que oigo a Rajoy o a cualquier representante del Foro de Ermua delante de una fotografía de Miguel Angel Blanco, siento que estamos más lejos de la paz, y de la libertad. Sobre todo porque a ésta gente sólo le importa la suya. Los demás les importamos más bien nada.