sábado, 21 de febrero de 2009

Tratado sobre las leyes felinas

Como muchos sabéis, Alvaro y yo estamos en pleno proceso de adopción felina. ¡Y ya nos hemos decidido! Hoy mismo esperamos hemos ido a ver a Grease a su casa de acogida, y como es una ricura hemos decidido quedárnoslo ;) Espero que podamos tenerlo en casa ya la semana que viene.

Pero durante estos días no he hecho otra cosa que mirar páginas de protectoras de animales, y mirar un gatinin tras otro. Leer sus historias, muchas de ellas tristes, e intentar decidirme por uno, cosa difícil porque son todos preciosos y todos merecen un hogar.

De entre todos, ojeando el foro de Madrid Felina, he encontrado un post que me ha hecho mucha gracia, alejado de las historias tristes que uno puede encontrar allí (aunque también las hay con final feliz afortunadamente).

Las leyes felinas:
  1. Ley de la inercia gatuna: un gato seguirá en reposo hasta que sea movido por alguna fuerza exterior, algo así como el ruido de apertura de una lata de comida para gatos.
  2. Ley del movimiento gatuno: un gato siempre se moverá en línea recta a no ser que tenga una muy buena razón para cambiar de dirección, por ejemplo, el ruido de apertura de una lata de comida para gatos.
  3. Ley del magnetismo gatuno: los abrigos, las americanas y los jerseys atraen el pelo de gato en proporción directa a la oscuridad de la prenda.
  4. Ley de la termodinámica gatuna: El calor se transfiere de un cuerpo caliente a otro frío excepto en el caso del gato, en el que cualquier tipo de calor se transfiere al gato.
  5. Ley del estiramiento gatuno: un gato siempre se estirará en una longitud directamente proporcional a la duración de la siesta hecha.
  6. Ley del dormimiento gatuno: todo gato intentará dormir con humanos siempre que le sea posible, y en una posición que sea lo más incómoda posible para éstos.
  7. Ley de la elongación gatuna: un gato puede alargar su cuerpo lo suficiente para alcanzar cualquier sitio que contenga alguna cosa mínimamente interesante para él.
  8. Ley de la aceleración gatuna: un gato acelerará su velocidad constantemente hasta que le parezca bien y se pare.
  9. Ley de servicio de mesa: el gato será servido de todas las cosas buenas que hay en la mesa a cualquier hora de la comida.
  10. Ley de la configuración de las alfombras: ninguna alfombra permanecerá en su estado plano natural demasiado tiempo.
  11. Ley de la resistencia gatuna a la obediencia: la resistencia de un gato varia en proporción directa al deseo humano de que haga algo concreto.
  12. Ley de la conservación de la energia: dado que los gatos saben que la energia ni se crea ni se destruye, usan la menor cantidad de energia posible.
  13. Segunda ley de la conservación de la energia: los gatos saben asimismo que la energia sólo puede almacenarse haciendo muchas siestas.
  14. Ley de la observación de la nevera: si un gato observa detenidamente una nevera durante tiempo suficiente, conseguirá que alguien venga y le de algo bueno de comer.
  15. Ley de la atracción de la manta eléctrica: enchufando la manta eléctrica se conseguirá que el gato suba a la cama a la velocidad de la luz.
  16. Ley de la búsqueda aleatoria de confort: un gato siempre buscará, y normalmente encontrará, el lugar más confortable de una habitación dada.
  17. Ley de la ocupación de la bolsa o caja: toda bolsa o caja dejada en una habitación, será ocupada por un gato en el primer momento posible.
  18. Ley del desconcierto gatuno: la irritación de un gato crece en proporción directa al desconcierto que le produce la risa humana.
  19. Ley del consumo lácteo: aunque este harto, un gato siempre podrá beber su peso en leche sólo para demostrarte que puede hacerlo.
  20. Ley de las fundas: el deseo de un gato de arañar cualquier sofa es directamente proporcional al valor de éste.

Dejo la foto de nuestro Grease ¡que ilusión me ha hecho verlo ya como RESERVADO en la web de Madrid Felina! ¿A que es una monada? Como dice Alvaro, en esa foto tiene la misma mirada que el gato de Schreck :P Ahora sólo queda ver cuantas "leyes felinas" cumple ;)

jueves, 12 de febrero de 2009

Australia: la historia de Sam

Desde hace unos días me vengo acordando de mi familia australiana. Siempre lo hago cuando escucho noticias de allí, sean buenas o malas. Pero cuando son malas, como en este caso, y además soy consciente de que les pilla relativamente cerca, me preocupo.

Los incendios que actualmente están devastando el sur de Australia quedan relativamente cerca del pueblo donde residen mis tíos, Wagga - Wagga. Hoy le he dejado un mensaje a mi tía en el Facebook, y espero que me conteste para decirme que están todos bien.

Esta tragedia ha dejado tras de sí un rastro de muerte y destrucción que no se borrará de su recuerdo. Pueblos enteros han desaparecido pasto de las llamas, y se calcula que las víctimas mortales serán más de 200. Una tragedia que afecta de igual manera a la naturaleza de la zona, pues los bosques han ardido completamente y la fauna de la zona se ha visto seriamente afectada.

Sin embargo, hasta en las historias más amargas hay lugar para pequeños rayos de luz. Pequeños cuentos que vienen a llenarnos de esperanza, y que se convierten en un símbolo de que todo irá a mejor. Los australianos lloran, pero entre sus lágrimas ha asomado una leve sonrisa al escuchar la historia de Sam y Bob.

Las llamas han devorado el que fuera el hogar de la pequeña koala Sam. Asustada, dolorida, con sus pequeñas patitas heridas por el fuego, Sam huía de las llamas hasta que finalmente se abrazó a un árbol. Allí la encontró Dave Tree, un bombero voluntario, quien se acercó lentamente hasta ella, y le tendió la mano. Una mano que ella aceptó. El video del momento en el que Dave se acerca hasta Sam, dándole agua de beber con una botella de plástico, ha sido uno de los más vistos en Youtube y ha conmovido a toda Australia.

Ahora Sam se recupera en un refugio para animales salvajes, donde ha conocido a Bob, quien también ha sido rescatado de las llamas. Ambos se han hecho inseparables, compartiendo desde entonces abrazos y mimos. Sam tiene quemaduras de segundo grado en sus patitas, por lo que se prevee que su recuperación tarde unos siete u ocho meses. Bob sin embargo ha tenido más suerte, y sólo tiene quemaduras de tercer grado, por lo que se espera que en cuatro meses pueda ser devuelto a su hábitat natural.

Dejo el video para que también vosotros podáis disfrutar de éste momento:


domingo, 8 de febrero de 2009

El rescate de Ceporrin

Cuando me preguntaban el viernes que planes tenía para el fin de semana, sólo pensaba en descansar y pasar un finde tranquilo. Sin embargo, la mayor parte de las veces las cosas suceden de una forma totalmente opuesta a lo que deseamos. Es el destino que se pone en nuestra contra, y nos da lo que no queremos, o a veces lo que queremos aunque no fueramos conscientes de ello. Si, lo típico de "me iba a tomar una caña y me lié", o la de "hoy salgo en plan tranqui". Así que finalmente este fin de semana ha sido una especie de aventura interminable, todo a cuenta de un pequeño gato al que hemos puesto de nombre Ceporrin.

Debían ser como la 1 de la tarde del sábado. Estaba en la cocina, fregando y al tiempo mirando por la ventana distraidamente, cuando empecé a sospechar que abajo en mi calle había algo que no iba bien. Al principio pensé que había algunos gamberros, porque no paraban de pasar señoras mayores protestando a gritos por la calle, hablando con alguien que no podía ver porque según parece estaban justo debajo de la ventana. Eso fue hasta que oí a una de ellas que decía claramente "Pero no va salir... porque tiene una patita rota y le duele" O_O ¿Una patita rota?

La verdad es que no oí ningún sonido lastimero, y además, como parecía que había gente abajo, no me preocupé pensando en que fuera lo que fuera había tenido suerte y había encontrado a alguien que se haría cargo. Así que lo dejé estar.
Debió pasar como una hora, y yo volvía a estar en la cocina atareada esta vez con la comida. Alvaro se levantó por fin, pero yo no podía dejar de fijarme que cada vez que alguien pasaba por delante de uno de los coches aparcados frente a la ventana, ponía una cara que era una mezcla de desagrado y pena. Sea lo que fuera lo que había abajo, y ya a esas alturas estaba casi segura de que era un gatin, ahora estaba solo. Así que se lo conté a Alvaro, y nos asomamos por la ventana los dos. Desde la ventana de la habitación finalmente lo vimos, casi en la mitad del paso de peatones, en el suelo. No parecía quejarse, pero cuando se puso a andar y vi cómo cojeaba, me decidí a bajar.

Voy a obviar toda la discusión con Alvaro que vino después. No porque él no quisiera bajar, sino porque él pensaba que me iba a saltar nuestro pequeño acuerdo con la excusa del gato. Es decir, acordamos un día que para tener animales en casa, yo debía dejar de fumar. Y claro, no lo he hecho. Yo no tenía ni idea de lo que iba a pasar con el gato si conseguíamos cogerlo, y él pensaba que ir a buscarlo suponía de por sí quedárnoslo. Pero en esa situación, yo ni siquiera sabía en qué situación se encontraba, y lo que tenía claro es que no podía dejarlo ahí abajo solo, y no intentar hacer nada por él.

Así que finalmente bajamos los dos, armados con una caja, una toalla y unos guantes, a la caza del gato herido. El pobre chiquitin en cuanto nos vio intentó esconderse debajo de un coche. Para estar en la situación en la que estaba no se movía mal, pero Alvaro consiguió cogerlo rápidamente y ahí vimos que le faltaba la mitad de una patita delantera, y que una de las traseras la tenía también reventada y en carne viva. Sin duda alguna lo habían atropellado, pero no debía haber sido recientemente, sino que por el estado del muñón, al menos había pasado una semana o dos.

El peque sin embargo no entendía que queríamos ayudarle. Se revolvió como una culebrilla, y saltó como pudo desde las manos de Alvaro, para acabar debajo de un coche. Eso nos supuso un cambio de estrategia. Alvaro subió a por un platillo de atún, y yo me quedé abajo de "vigía". Y aunque en principio pareció no interesarle la comida, finalmente salió para atrapar un trozo de atún y volver a escabullirse debajo de otro coche.

Desde la ventana de casa se oía la olla a presión, así que dejé a Alvaro a cargo y subí corriendo a bajarle el fuego a la comida. Y cuando volvía a bajar me lo encontré a medio camino ya con el gato dentro de la caja y tapado con la toalla.

El pobre animalito estaba muy asustado. No me extraña, porque ha debido pasar lo suyo. Sólo, herido, sin poder casi moverse... la verdad es que no me lo quiero ni imaginar. Daba una penita... Cuando llegamos a casa no hacía más que bufar, al menos hasta que se puso a comer de un plato de atún que le pusimos, como si no hubiera comido en su vida. Pero nos preocupaban sus patitas, así que buscamos por internet un veterinario de urgencias, y ahí salimos. El peque iba en una caja de madera con tapa, acurrucado en una toalla, y dormido como un ceporro. De ahí que le pusimos el nombre, Ceporrin. Creo que no había disfrutado de un sitio tan calentito y recogidito en su vida (quizás en la barriguita de su mami gatuna :P).

La sorpresa vino cuando en el veterinario nos dijeron que simplemente por hacerle una prueba para ver si estaba sano, es decir, si no tenía alguna enfermedad de las que los gatos contraen en la calle, nos suponía 105 € O_O Alvaro y yo pensabamos que iba a ser caro, pero de ahí a pagar eso para que luego nos dijeran "No hay nada que hacer, hay que sacrificarlo", pues como que no. Así que salimos del veterinario con mucha información: una lista de protectoras de animales. Y después, la confirmación de que debía tener aproximadamente 3 meses y que era un chico ;)

La protectora que finalmente se ha hecho cargo de Ceporrin se llama Evolución. Desde aquí dar las gracias a Arantxa por atendernos, y a Modesta, quien se ha hecho cargo temporalmente de Ceporrin hasta que puedan llevarlo al veterinario. Hoy Tas y yo hemos lo hemos llevado a casa de Modesta, después de limpiarle los ojitos en casa, hacerle un book de fotos, y perdernos de camino a Getafe. Allí le esperaban con todo preparado, una cajita con arena, un cuenco con comida, otro con agua, y una camita para el sólo. Iba como siempre, y como ha estado desde ayer la mayor parte del tiempo, dormido como un ceporro. Y así se ha quedado, sólo que cambiando de cama ;)

El martes llamaré para ver como han ido las pruebas, y para saber que ha dicho el veterinario. Y si todo va bien, pues quizás entonces llegue el momento de dejar de fumar, y hacernos cargo de Ceporrin ;) De todas formas, mañana cuando Tas me pase las fotos del "book", mandaré las fotos a las chicas de Evolución, y pondré una foto de Ceporrin en blog para que lo conozcais.
Editado: Cambiada la foto, podéis ver a Ceporrin ;)

sábado, 7 de febrero de 2009

Quentin Tarantino presents: "Inglorious Bastards"

El próximo 21 de Agosto se estrena en USA "Inglorious Bastards". O quizás tan sólo de la primera parte. Como todas las películas de Tarantino, la espero con gran espectación y unas ganas locas. A estas alturas ni siquiera puedo decir aún cuál es el argumento, a parte de estar ambientada en la Segunda Guerra Mundial.´
Aunque se ha presentado como una especie de remake, ya que toma su nombre de la película bélica de Enzo Castellani "Quel maledetto treno blindato" que en USA se estrenó como "The Inglorious Bastards", creo que todo parecido quedará simplemente en eso.

En principio la historia se centra en un grupo de soldados americanos encargados de eliminar a algunos líderes Nazis. Pero la verdad, tratándose de Tarantino, ¿quién puede saberlo realmente? Según parece se trata de un experimento en el que pretendía plasmar una historia de venganza (cómo no!) ambientada en la Segunda Guerra Mundial, y presentada con una apariencia de "spaguetti western" para lo cual pretendía contar incluso con el mismísimo Ennio Morriconne (lo cual, por cierto, parece que finalmente no ha cuajado ya que el compositor ha declinado la invitación a participar en el filme).

Pero qué puedo decir yo... simplemente, mezcla un género que me encanta con un director que me encanta. Y no espero algo quizás tan grandioso, tan emotivo, como puede ser "Salvar al Soldado Ryan" o "La lista de Schindler", desde luego. Estoy segura de que será totalmente diferente, y por eso mismo, pretendo ir a verla con una mentalidad abierta.

Según parece hay un cierto resurgimiento del cine ambientado en la Alemania Nazi, entre las cuales, a parte de la récien estrenada "Valkiria". La nomínadisima cinta de Stephen Daldry, "El Lector", acaba de presentarse en la Berlinale, en la cual Kate Winslet interpreta a una ex guardia de un campo de concentración nazi. Tengo pendiente de ver también "Resistencia", con Daniel Craig, sobre un grupo de guerrilleros que luchan contra los nazis.

Por su parte, en "Adam Resurrected" Jeff Goldblum interpreta a un comediante el cual se ve obligado a entretener a un comandante nazi para sobrevivir. "The Baader Meinhof Complex" trata a su vez de un grupo de militantes izquierdistas acusados de matar a figuras prominentes de la República Federal Alemana.

La verdad, tengo donde elegir, y tengo para rato... :P Lo siento por alguno que yo me se ;)

martes, 3 de febrero de 2009

Historia de un cabecero

Maldita sea la hora en la que se me ocurrió que podía ser buena idea hacer un cabecero para la cama. Vale que tanto a Alvaro como a mí nos pareció que entraba demasiado frío por la ventana, y que la pared se quedaba helada. Este invierno está siendo mucho más frío y lo estábamos notando, así que se me ocurrió que con un tablón de madera y tapizándolo, pues podría quedar algo bonito. Hasta ahí bien.

El primer problema que encontramos fue que el cuadro de la persiana estaba más bajo que la ventana. Para solventarlo, recurrimos a la inmensa sabiduría y habilidad de mis suegros. En un ponme y quitame de ahí esos tornillos lo subieron a ras de la ventana, y solucionado.

Medir y calcular las medidas de la madera, la espuma y la tela fue relativamente fácil (más que nada porque lo hicieron mis suegros :P). Encontrarlo todo después en el Leroy Merlin, a 15 minutos de cerrar, sí que fue complicado. Inma y yo hicimos una maratón por los pasillos buscando la espuma, mientras Diego intentaba controlar un carro con una madera de 2 metros de largo (más los sobrantes, que no eran pequeños). La única espuma, o parecido, que encontramos, fue la que se usa para revestimientos. Y yo, ignorante de mí, me dije, pos ale, esta misma. Y me dediqué a cargarla hasta que llegó Inma para decirme que era tóxica O_O Para que decir que desde ese momento me picaba todo ¬¬

Y vale, conseguimos pagar, llegamos hasta el coche mientras yo me pasaba por los brazos toallitas húmedas en una especie de catarsis anti-tóxica, y llega el momento de meterlo todo en el coche. ¿Cómo? Pues a base de experimentar, mover, y buscar los límites de la capacidad del Altea Milenario. Porque no había otro modo. Me encontré sentada con Inma casi encima, en el asiento de atrás, preguntandome "¿Como te va nena?" XD

Luego tocó por supuesto subir todo hasta casa, y de ahí, derrumbarse en el sillón. ¡Qué gozada! Reconozco que a parte de encargar la espuma al día siguiente, a partir de ahí volví a dejar la operación en manos de mis suegros. Y todo iba bien. Como la espuma no la tenían hasta la semana siguiente (la semana de la famosa nevada en Madrid) pues decidimos que pondrían sólo la madera, y cuando estuviera la espuma, Alvaro y yo nos encargaríamos del resto. ¡Cuánto optimismo absurdo!

La espuma se ha pasado varias semanas decorando el salón de una forma un tanto burda, hasta ayer, en el que después de casi amenazar a Alvaro, conseguí que nos pusieramos manos a la obra. El resultado ha sido menos malo de lo que cabía imaginar para nosotros dos. Lo miro y lo veo bonito, y muy cómodo. Por algo son 3 centímetros de espuma lo que lleva. Todo sería felicidad y buen rollito sino fuera porque ahora no puedo abrir mi armario ¬¬ ¿Y ahora qué? 2 centímetros más, y yo creo que se podría abrir, pero ahora mismo si quiero coger unas bragas tengo que tantear entre los cajones.

Opción 1, cambiar las puertas del armario. A estas alturas, después de mirar la página de Ikea, creo que no es factible poner puertas correderas. Hace falta un módulo de 4 y a nosotros sólo nos caben los 3 que tenemos.

Opción 2, la que más me temo. Desmontar de nuevo todo el armatoste. Encargar una espuma nueva que sea de 1 centímetro, y volver a realizar toda la operación de tapizado. Quizás para Mayo tenga el cabecero listo....

Opción 3, Alvaro... ¿cuándo vuelven tus padres de visita? :(

lunes, 2 de febrero de 2009

Romeo y Julieta. El curso de un amor de muerte herido

En Verona, escena de la acción,
dos familias de rango y calidad
renuevan viejos odios con pasión
y manchan con su sangre la ciudad.
De la entraña fatal de estos rivales
nacieron dos amantes malhadados,
cuyas desgracias y funestos males
enterrarán conflictos heredados...
El curso de un amor de muerte herido
y una ira paterna tan extrema
que hasta el fin de sus hijos no ha cedido
será en estas dos horas nuestro tema.
Si escucháis la obra con paciencia,
nuestro afán salvará toda carencia.

Como parte de los nuevos proyectos de este año, hoy vamos a dar comienzo a una nueva sección. Clásicos de la literatura. Siempre me ha apasionado la obra de Shakespeare, pero si hay una que podría destacar sobre otras por el drama, la pasión, y la dulzura de sus palabras, por la intensa y funesta historia de amor que cuenta, esa es "Romeo y Julieta".

El amor, como objetivo sublime del ser humano, es el centro de la historia que se centra en dos familias enfrentadas en la Verona del s. XIV. La primera versión que se conoce de la obra data de 1520 del escritor Luigi da Porto, si bien no ha sido la única y la más conocida es por supuesto la de Shakespeare.

La obra ha sido llevada al cine en varias ocasiones, versionada en diferentes épocas y estilos, pero conservando siempre el argumento fundamental: un amor condenado por el odio que rodea a los protagonistas, lo que finalmente les lleva a inmolarse por ese amor.

Además de las notables versiones de George Cukor en 1936 y Franco Zeffirelli en 1968, quiero destacar dos películas que replantean la historia aportando la impronta propia de su época. Por un lado el musical "West Side Story" de 1961, además de innovar con la música de Leonard Bernstein convierte a las dos familias de Verona en dos grupos callejeros rivales, con la inmigración y la discriminación racial como temas de fondo.

Por otro lado, una de mis películas favoritas, "Romeo + Juliet" de Baz Luhrman en 1996, actualiza la historia y la transporta hasta nuestros días con una estética muy moderna, manteniendo en cambio la poesía original en labios de los protagonistas.

Y si bien la escena más conocida y representada de "Romeo y Julieta" es aquella en la que Julieta asoma al balcón ante la insistencia de su Romeo, he elegido para iniciar la entrada el coro que da inicio a la obra, y para concluir, me quedo con las palabras de Romeo ante el cuerpo de Julieta.

¡Cuantas veces los hombres son felices
al borde de la muerte! Quienes los vigilan
lo llaman el último relámpago. ¿Puedo yo
llamar a ésto relámpago? Ah, mi amor, mi esposa,
la Muerte, que robó la dulzura de tu aliento,
no ha rendido tu belleza, no te ha conquistado.
En tus labios y mejillas sigue roja
tu enseña de belleza, y la Muerte
aún no ha izado su pálida bandera.
Tebaldo, ¿estás ahí, en tu sangrienta mortaja?
¿Qué mejor favor puedo yo hacerte
que, con la misma mano que segó tu juventud,
matar la del que ha sido tu enemigo?
Perdóname, primo. ¡Ah, querida Julieta!
¿Cómo sigues tan hermosa? ¿He de creer
que la incorpórea Muerte se ha enamorado
y que la bestia horrenda y descarnada
te guarda aquí, entre las sombras, como amante?
Pues lo temo, contigo he de quedarme
para ya nunca salir de este palacio
de lóbrega noche. Aquí, aquí me quedaré
con los gusanos, tus criados.
Ah, aquí me entregaré a la eternidad
y me sacudiré de ésta carne fatigada
el yugo de las estrellas adversas. ¡Ojos, mirad
por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo!
Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso
un trato perpétuo con la ávida Muerte!
Ven, amargo conductor; ven, áspero guía.
Temerario piloto, ¡lanza tu zarandeado
navío contra la roca implacable!
Brindo por mi amor.
[Bebe]
¡Ah, leal boticario, tus drogas son rápidas!
Con un beso muero.

domingo, 1 de febrero de 2009

La Caida de Caras Aelin

No deseo la victoria.
La victoria es siempre pasajera,
No queda después sino la muerte,
El regocijo; el gozo falso de la vida;
Una hierba caída sobre el hombro,
Un refugio que aguarda su retorno,
Un escondido llanto después de la
Batalla y la victoria.
No deseo la victoria ni la muerte,
No deseo la derrota ni la vida.

Mis ojos vidriosos contemplan mi propia muerte, reflejada en los ojos de otro cadáver que yace frente a mí. No concibo ya como propio el rostro ceniciento, ni los labios ensangrentados. Ni la mirada muerta, ni la respiración ausente. Y no sé si lo que veo en aquél es mi reflejo, o si lo miro a él, y mi muerte imita la suya. Un velo de negrura ha caído sobre mis ojos, y aún así, el campo de batalla se exhibe ante mí sin pudor, sin vergüenza propia o ajena. Y exhibe mi muerte, y la muerte de aquél, y la de otro más allá de éste. Escena macabra sería para mí, sino estuviera ya preso de la Muerte..

Pero la Muerte no distingue en su dispensa. Igual que vino a mí, llegó a mi enemigo. Ahora, nuestros brazos entrelazados ya no se alzan con odio, ni esgrimen la Muerte traicionera.

Cuenta la leyenda que ni siquiera las estrellas quisieron ser testigo de tanta muerte. Que cubrieron sus ojos con grandes velos de nubes, y que éstas lloraron amargas lágrimas, que fluyeron como torrentes sobre la tierra y la piedra. Y que la ira de la muerte injusta se conjuró en ellas. La voz de Ilúvatar se oyó en cada trueno. Y rayos de ira hirieron el cielo.

Porque nunca hasta esa noche hubo de llorar Árador tanta muerte. Y toda esperanza de paz se volvió vana.

Ahora nadie recuerda cómo surgió el odio. Un día lo supimos, no lo dudo. Ahora simplemente ha caído en el olvido. Quizás los grandes señores de ambos pueblos conserven acaso la memoria intacta. Quizás ellos puedan responder nuestra eterna pregunta. Por qué morimos.

¿Pero acaso nos consolaría saber que nuestra muerte tuvo razón alguna? ¿Suplirían las razones los abrazos jamás recibidos, los besos jamás otorgados? ¿Suplirían el amor de mi madre y de mi padre, de mi hermano y de mi hermana? ¿Suplirían el dulce aroma de mi amada yaciendo junto a mí en el lecho? ¿Sus caricias? ¿Sus besos? ¿Sus gemidos de amor lanzados a mi oído? ¿Los hijos que nunca pudo darme?

Ni siquiera la Muerte ha conseguido darme razón alguna. Simplemente me llevó con ella, como a tantos otros aquella noche. Mil y una veces nos hemos vuelto hacia ella suplicando una razón. Mil y una veces se ha encogido de hombros, y su sonrisa helada ha sido la única respuesta.
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Cuenta la leyenda que ni siquiera las estrellas quisieron ser testigo de tanta muerte. Pero la batalla aciaga comenzó al atardecer, y el sol aún brillaba en el cielo. La Barca de Arien descendía ya imperturbable, como en todos los días por venir hasta la Última Batalla. Pero las primeras nubes se acercaban tenues, lúgubres. Silenciosas. Y mientras la tierra verde se oscurecía, ambos ejércitos se extendían en la llanura.

De un lado, los soldados de Esteldor alzaban sus estandartes que ondeaban al viento perezosamente, desdibujando los tonos dorados y anaranjados que representaban los rayos del sol fluyendo sobre sus tierras. En el centro, un ave extendía sus alas de fuego sobre un lago verde.

Del otro lado, el ejército de los ramalië, mucho mayor en número, exhibía con orgullo estandartes del color del cielo ensombrecido. Una espada descendía hendiendo el cielo, y su sangre roja se derramaba por su filo. Y a ambos lados, sombras de alas, Águila y Vampiro, representando el equilibrio.

Las fuerzas se midieron mutuamente, en un tiempo que para ellos fue eterno. Armaduras como de plata refulgieron en el campo de batalla con los últimos rayos de sol, y después centellearon con los primeros rayos de la tormenta. El metal emitió los primeros quejidos al son de la lluvia.

Grandes señores de los Nainiri esgrimían sus armas, dispuestas a la batalla. El Señor Elfo Nowë, cuya cabeza y rostro permanecían cubiertos por un extraño yelmo. Junto a él, una figura de luz se proyectaba sobre la hierba. El Señor de los Maiar, Iaurandir, que no llevaba armadura alguna, pues diríase que ningún arma mortal podía dañarlo. Un Señor de los Hombres se hallaba también con ellos. Báldor el Valiente, le llamaban, pues había defendido la ciudad anteriormente a sangre y fuego. La armadura plateada aparecía ajada de la batalla anterior, pero en sus ojos grises el fuego de Caras Aelin no se había extinguido.

Frente a ellos, la mirada insolente de las grandes señoras de los Ramalië. Naredhel Anariel, Sacerdotisa y Regente de Heren Fanyarëa. Sus ojos dorados parecían brillar con luz propia, mientras sus cabellos cobrizos se alzaban en torno a su rostro, anticipándose a la batalla. Junto a ella Lómëa Útyelnaike, Señora de Sornosunë. Mientras sus manos mantenían tenso su arco, sus ojos azules observaban fijamente al enemigo, y la Muerte en sus manos ya había escogido. Alkalabrindeth, Dama Guerrera, se mantenía firme junto a ella. No había armadura capaz de contenerla. Llevaba ropas de cuero, y apenas una cota de cuero sobre la camisa blanca. Su mano izquierda sostenía un escudo dorado con tonalidades rojizas. Su mano derecha blandía la Maza del Dragón, con los colmillos del dragón deseosos de probar nuevamente la sangre de los hombres.

El sonido de los tambores aplacó cualquier otro sonido, y descendió sobre ambos ejércitos. Y el ritmo de sus corazones se acompasó al mismo, y todos latieron al unísono en efímera armonía. Luego llegó la destrucción.

La flecha lanzada por Lómea se unió a cientos de hermanas que surcaban el aire en su misma dirección, y evitó a su vez a muchas otras que se cruzaron en su camino. Los tambores se apagaron de repente, y el silencio que quedó fue roto por un grito de guerra que se elevó de las gargantas de ambos ejércitos. Después llegó el dolor.

La enloquecida fiebre de la guerra les empujó. Las espadas brillaron por última vez inmaculadas. Sus pies recorrieron rápidamente el espacio que los separaba, y se fundieron en sangriento abrazo. Entonces llegó la Muerte.

Muerte en mil formas concebida. Muerte que hiere y después, mata. Muerte que llega a veces a escondidas. Otras veces de frente, para encararla. Para verla llegar y maldecirla. Que se abre paso entre la carne. Desgarra. Corta. Cercena la vida. Tantas formas distintas para una sola Muerte. Siempre la misma.

Pero la Muerte no escoge bando alguno. Ni hace en sí misma vencedores o vencidos. Su mano fría acaricia cualquier frente. Y no distingue en su caricia al señor del soldado.

Cuando la Muerte finalmente se acercó hasta Lómëa, sus ojos azules la miraron fijamente. No hubo miedo en ellos mientras el acero de la espada buscaba refugio en su vientre. Tampoco lo hubo cuando la espada abandonó su refugio y cayó de rodillas sobre la tierra. Un suspiro leve escapó de sus labios, y después agradeció la inconsciencia.

Se dice que Alkalabrindeth cayó entonces, pues se acercó hasta Lómëa para librarla de la muerte. Y aún así la Muerte rozó su cuello esbelto. Una única flecha lanzada con tino poseyó su carne, atravesando su garganta. A veces la Muerte se hace desear. Su cuerpo quedó tendido sobre la hierba, y sus ojos azules se clavaron en el cielo sombrío, recibiendo la lluvia. No pudo liberar su dolor con gemido alguno. Sólo hubo silencio..

La lluvia empapó la tierra, pero los charcos de lluvia y barro eran de sangre. No había tierra capaz de absorber tanta sangre derramada.

El Poder fluyó entonces. La batalla no podía ser ganada. Naredhel Anariel elevó su voz al cielo, y sus rayos parecieron escucharla. Cayeron sobre el enemigo sembrando el desconcierto, y el fuego brotó de sus entrañas.

- Un poder sangriento y arrogante se levantó de la raza para expresarla, para dominarla. Se alzó como los muros azotados por la tormenta. Como burla he construido un emblema poderoso, y lo canto verso a verso en la tormenta.

El fuego cubrió su retirada, pero Caras Aelin no resurgió de sus cenizas. Había sobre ellas demasiada muerte. Y sobre el verde valle, sólo había dolor.

Al derroche de sangre se le llamará victoria, y al recuento de muertos paridad.

Quiebra la muerte la flor de esperanza,
Desgarra el alma una negra senda,
Son los hombres batiéndose en contienda,
Su ira cruel se sacia con venganza.
Enfrentados con la guerra en la danza,
Olvidando la familia y la hacienda,
De odio en los ojos con una venda,
Reclamando al destino una matanza.
¿Qué tiene la paz que nadie la quiere?
¿Tan duro es el perdón y el olvido?
¿Por qué el ser humano el rencor prefiere?
¿Del abrazo fraternal qué ha sido,
Que la tierra ante la espada muere
Sin casi la vida haber conocido?