De seguro que el Círculo de Kreisau, el movimiento civil que se hallaba tras el Plan Valkiria, tenía bastante claro cuál hubiera sido el proceso a seguir. Lo que también es seguro es que se encontrarían con la oposición clara tanto de Goebels como de Himmler. Pero una lucha de poder en plena guerra hubiera tenido unas consecuencias difíciles de estimar. Deslizándonos por la delgada línea del quizás, podríamos decir que una consecuencia lógica hubiera sido la desatención al plan de la “Solución Final”, y por lo tanto, hubieran podido salvarse muchas vidas. Fuera cual fuera después el resultado de la “lucha de poder”. Incluso podríamos aventurar que el final de la Segunda Guerra Mundial se hubiera precipitado por sí sólo, y hoy no podríamos hablar del Día D ni conoceríamos las playas de Normandía.
No digo que la Guerra Fría no hubiera llegado, pero la división de Alemania sería algo inimaginable. Algunas guerras posteriores, Korea, Vietnam, quizás se habrían evitado. O retrasado. O seguramente hoy hablaríamos de otras guerras famosas en otros pequeños países.
Digamos que hasta aquí sería la visión positiva del quizás. La división interna, la lucha encarnizada por suceder a Hitler, podría en cambio haberse dilucidado rápidamente y estaríamos hablando de un panorama totalmente distinto. En el peor escenario posible la guerra podría haberse alargado unos meses más (ya que el desastre ruso era ya insalvable no creo que mucho más), lo cual hubiera supuesto varias miles de muertes que sumar a las cifras ya de por sí escalofriantes que éste conflicto ha dejado en la historia.
Hablar de la Operación Valkiria en estos días, un poco de “spoiler”, cosa que no quiero hacer. Se me ocurre más de una persona a la que podría fastidiarle la trama. Que el atentado fue fallido lo sabemos todos, pero cómo se gestó, y como concluyó, quizás no tanto. Así que intentaré no desvelar nada demasiado relevante.
Ni siquiera ahora los historiadores se ponen de acuerdo acerca de las motivaciones de Von Stauffenberg para llevar a cabo la Operación Valkiria. Unos dan prioridad a la catastrófica estrategia bélica de Hitler, quien se saltó a la torera sus propias recomendaciones dividiendo la contienda en dos frentes. Otros en cambio hacen hincapié en el horror que supuso para Von Stauffenberg enterarse de los crímenes de guerra y la limpieza étnica que se estaba llevando a cabo. Podría tratarse incluso de ambas cosas, o de ninguna de ellas. Puestos a suponer, todo cabe.
Fue el general Friedrich Olbricht quien concibió la idea de adaptar el Plan Valkiria a la resistencia. Diseñado en su origen como un sistema para cubrir las bajas que se iban produciendo en las tropas destinadas al frente oriental, consistía básicamente en una clave para movilizar a los trabajadores y a los enfermos y heridos que se iban recuperando para ese fin. Valkiria 1 y Valkiria 2 eran las palabras clave que desencadenarían una llamada a filas en caso de necesidad, según el grado de movilización necesaria.
Sin embargo en 1943 el Plan Valkiria dejó de ser un mero plan de refuerzo para el ejército para convertirse en una operación para reprimir cualquier disturbio interno, un temor que ellos consideraban real debido al gran número de extranjeros y prisioneros dentro de Alemania. Según parece Hitler no sospechó nada cuando Olbricht impulsó este cambio, inmerso ya en el proceso de adaptar Valkiria a sus planes. A partir de ese momento, el Plan Valkiria daba capacidad al Ejército del Interior para movilizarse y tomar sus propias decisiones aún en el caso de que las relaciones entre éste y Hitler quedaran rotas. El primer paso para intentar derrocar a Hitler estaba dado.
Sin embargo, romper esas relaciones, es decir, acabar con Hitler, fue una “misión imposible”. A lo largo de 1943 se suceden varios intentos de atentado, todos ellos fallidos, hasta desembocar en el 20 de julio de 1944. Y ahí acaba todo.
Después vendría la investigación, las traiciones, y por supuesto, las ejecuciones. Un juicio que fue un mero trámite burocrático para muchos de ellos, y unas ejecuciones espeluznantes que según parece fueron filmadas para ser entregadas a Hitler por petición expresa de éste, pero que finalmente se negó a ver. Grabaciones que según parece todavía se conservan pero que permanecen ocultas debido a que se consideran inaceptables para ser publicadas. Lo cual, con lo que se publica hoy en día, me sorprende.
Hasta aquí la operación Valkiria. No podemos cambiar la historia, pero… ¿y si hubiera triunfado?
1 comentario:
peor supongo k no podria haber sido
ayyyyy, si los padres de Hitler hubieran conocido el latex
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