sábado, 3 de diciembre de 2011

Érase una vez...

Érase una vez... un blog abandonado. Sí, éste que ahora actualizo después de... más de dos años... Si os soy sincera, no me gusta nada verlo así, tan desángelado. Es como una parte de una misma que se hubiera quedado incompleta aquí, en el ciberespacio, flotando entre esa nube de información, sólo para recibir comentarios spam de otras páginas web más activas. No. No me gusta nada.
Pero, continuando con el alarde de sinceridad, debo confesar, aunque ya lo habréis notado, que nunca he sido muy constante con diarios y cosas parecidas. ¿Realmente tengo cosas interesantes que contar? Sobre todo porque soy una persona reservada con sus cosas, que se guarda sus problemas, o los esconde, como si así fueran a desaparecer. Y el plantarme ante ésta página en blanco siempre me hace preguntarme si lo que cuento realmente le interesará a alguien, y si lo único que hago es hacer el tonto en público.
¿Y por qué ahora? Bueno, supongo que por un lado, porque creo que ahora tengo cosas que contar, que compartir. Por otro, sentía la necesidad de volver a darle vida a este blog casi muerto que tenía. Aún cuando todas mis dudas sigan ahí, como supongo siempre seguirán.

Érase una vez... una historia. Los que me conocen, ya sea personalmente o a través de éste ciberespacio que nos une, sabrán que siempre me ha gustado escribir. Sin embargo, escribir es un trabajo duro, que requiere tiempo, esfuerzo, y sobre todo, constancia. Y creo que ya he dejado claro que ésta última no es una de mis cualidades, ¿no?.
Fue un día en el Facebook, curioseando entre páginas de amigos y conocidos, cuando me di cuenta de que a mi alrededor se había congregado un montón de gente con la que compartía esa misma inquietud, y que, de un modo u otro, estaban luchando por hacer realidad ese sueño de todo escritor latente: publicar su primer libro. Y entonces me dije, si ellos pueden, ¿por qué yo no? Aparte de mi propia inconstancia, ¿qué me detenía?
Yo ya tenía una historia. Una historia que me apasionaba, en un mundo de fantasía ambientado en el mundo imaginario de Tolkien que habíamos desarrollado en "La Guerra de los Clanes", algunas de cuyas historias ya he colgado aquí anteriormente.  Y durante un tiempo, le dí vueltas a todo eso. Por un lado, sentía que la historia no era sólo mía. Mi amigo y compañero Aratir había creado un 50% de aquella historia, y ambas parten se complementaban. Realmente, ninguna de ellas se sostenía por sí misma. Así que lo primero que hice fue hablar con él, y proponerle embarcarse en un proyecto algo loco: convertir toda nuestra creación, nuestras historias de juego, en un libro. ¡Y doy gracias a los dioses porque me dijo que sí!
Por otro lado, el trabajo quizás más importante y fundamental era intentar despojar la historia de cualquier referencia real a Tolkien. No de su influencia, por supuesto. Jamás renegaríamos de la inspiración que nos ha supuesto toda su obra, como buenos fans. Es más, para nosotros es un orgullo. Pero evidentemente, nosotros habíamos creado una historia tipo fanfiction, y si queríamos publicarlo realmente, necesitabamos inventarnos nuestro propio mundo, nuestra propia mitología. Así surgio el mundo de Erthara, y con él, todo un imaginario de dioses, un mito de la creación que da consistencia a la historia, un nuevo idioma élfico, y por supuesto, un escenario, una ambientación, donde desarrollar nuestra historia. La historia de los Nareltha.
Durante un tiempo debatimos si empezar la historia en el punto en el que la habíamos empezado en su día, o si comenzar escribiendo lo que había ocurrido antes de eso. Y nos decididimos por lo primero, quizás sobre todo porque era algo que ya teníamos bastante avanzado. Al final, comprendimos que para dos autores noveles, sin ningún tipo de experiencia ni currículum, iba a ser muy difícil vender una obra "con un final abierto", sumado al importante tamaño de la misma... ¡casi 700 páginas! Y volvimos a la idea inicial.
Así que en ese punto estamos ahora, escribiendo nuestro "Hobbit" antes de presentar nuestro "ESDLA". Y sí, sigue siendo un trabajo duro, que requiere tiempo, esfuerzo, y constancia. Pero lucho día a día con mi propia inconstancia, alentada por todos aquellos que nos apoyan, que creen que tenemos potencial y talento para esto, por Aratir, que me impulsa a seguir todos los días con su entusiasmo, y por el deseo primario de ver algún día la historia acabada. La lucha por publicar, vendrá después.
Gracias a todos por seguirnos, tanto en nuestro blog de "Las Espadas de Eda", como en nuestra página de Facebook. Vuestro apoyo da alas a nuestra historia, y gracias a eso, espero que pronto sea una realidad.
Gracias!

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