domingo, 8 de febrero de 2009

El rescate de Ceporrin

Cuando me preguntaban el viernes que planes tenía para el fin de semana, sólo pensaba en descansar y pasar un finde tranquilo. Sin embargo, la mayor parte de las veces las cosas suceden de una forma totalmente opuesta a lo que deseamos. Es el destino que se pone en nuestra contra, y nos da lo que no queremos, o a veces lo que queremos aunque no fueramos conscientes de ello. Si, lo típico de "me iba a tomar una caña y me lié", o la de "hoy salgo en plan tranqui". Así que finalmente este fin de semana ha sido una especie de aventura interminable, todo a cuenta de un pequeño gato al que hemos puesto de nombre Ceporrin.

Debían ser como la 1 de la tarde del sábado. Estaba en la cocina, fregando y al tiempo mirando por la ventana distraidamente, cuando empecé a sospechar que abajo en mi calle había algo que no iba bien. Al principio pensé que había algunos gamberros, porque no paraban de pasar señoras mayores protestando a gritos por la calle, hablando con alguien que no podía ver porque según parece estaban justo debajo de la ventana. Eso fue hasta que oí a una de ellas que decía claramente "Pero no va salir... porque tiene una patita rota y le duele" O_O ¿Una patita rota?

La verdad es que no oí ningún sonido lastimero, y además, como parecía que había gente abajo, no me preocupé pensando en que fuera lo que fuera había tenido suerte y había encontrado a alguien que se haría cargo. Así que lo dejé estar.
Debió pasar como una hora, y yo volvía a estar en la cocina atareada esta vez con la comida. Alvaro se levantó por fin, pero yo no podía dejar de fijarme que cada vez que alguien pasaba por delante de uno de los coches aparcados frente a la ventana, ponía una cara que era una mezcla de desagrado y pena. Sea lo que fuera lo que había abajo, y ya a esas alturas estaba casi segura de que era un gatin, ahora estaba solo. Así que se lo conté a Alvaro, y nos asomamos por la ventana los dos. Desde la ventana de la habitación finalmente lo vimos, casi en la mitad del paso de peatones, en el suelo. No parecía quejarse, pero cuando se puso a andar y vi cómo cojeaba, me decidí a bajar.

Voy a obviar toda la discusión con Alvaro que vino después. No porque él no quisiera bajar, sino porque él pensaba que me iba a saltar nuestro pequeño acuerdo con la excusa del gato. Es decir, acordamos un día que para tener animales en casa, yo debía dejar de fumar. Y claro, no lo he hecho. Yo no tenía ni idea de lo que iba a pasar con el gato si conseguíamos cogerlo, y él pensaba que ir a buscarlo suponía de por sí quedárnoslo. Pero en esa situación, yo ni siquiera sabía en qué situación se encontraba, y lo que tenía claro es que no podía dejarlo ahí abajo solo, y no intentar hacer nada por él.

Así que finalmente bajamos los dos, armados con una caja, una toalla y unos guantes, a la caza del gato herido. El pobre chiquitin en cuanto nos vio intentó esconderse debajo de un coche. Para estar en la situación en la que estaba no se movía mal, pero Alvaro consiguió cogerlo rápidamente y ahí vimos que le faltaba la mitad de una patita delantera, y que una de las traseras la tenía también reventada y en carne viva. Sin duda alguna lo habían atropellado, pero no debía haber sido recientemente, sino que por el estado del muñón, al menos había pasado una semana o dos.

El peque sin embargo no entendía que queríamos ayudarle. Se revolvió como una culebrilla, y saltó como pudo desde las manos de Alvaro, para acabar debajo de un coche. Eso nos supuso un cambio de estrategia. Alvaro subió a por un platillo de atún, y yo me quedé abajo de "vigía". Y aunque en principio pareció no interesarle la comida, finalmente salió para atrapar un trozo de atún y volver a escabullirse debajo de otro coche.

Desde la ventana de casa se oía la olla a presión, así que dejé a Alvaro a cargo y subí corriendo a bajarle el fuego a la comida. Y cuando volvía a bajar me lo encontré a medio camino ya con el gato dentro de la caja y tapado con la toalla.

El pobre animalito estaba muy asustado. No me extraña, porque ha debido pasar lo suyo. Sólo, herido, sin poder casi moverse... la verdad es que no me lo quiero ni imaginar. Daba una penita... Cuando llegamos a casa no hacía más que bufar, al menos hasta que se puso a comer de un plato de atún que le pusimos, como si no hubiera comido en su vida. Pero nos preocupaban sus patitas, así que buscamos por internet un veterinario de urgencias, y ahí salimos. El peque iba en una caja de madera con tapa, acurrucado en una toalla, y dormido como un ceporro. De ahí que le pusimos el nombre, Ceporrin. Creo que no había disfrutado de un sitio tan calentito y recogidito en su vida (quizás en la barriguita de su mami gatuna :P).

La sorpresa vino cuando en el veterinario nos dijeron que simplemente por hacerle una prueba para ver si estaba sano, es decir, si no tenía alguna enfermedad de las que los gatos contraen en la calle, nos suponía 105 € O_O Alvaro y yo pensabamos que iba a ser caro, pero de ahí a pagar eso para que luego nos dijeran "No hay nada que hacer, hay que sacrificarlo", pues como que no. Así que salimos del veterinario con mucha información: una lista de protectoras de animales. Y después, la confirmación de que debía tener aproximadamente 3 meses y que era un chico ;)

La protectora que finalmente se ha hecho cargo de Ceporrin se llama Evolución. Desde aquí dar las gracias a Arantxa por atendernos, y a Modesta, quien se ha hecho cargo temporalmente de Ceporrin hasta que puedan llevarlo al veterinario. Hoy Tas y yo hemos lo hemos llevado a casa de Modesta, después de limpiarle los ojitos en casa, hacerle un book de fotos, y perdernos de camino a Getafe. Allí le esperaban con todo preparado, una cajita con arena, un cuenco con comida, otro con agua, y una camita para el sólo. Iba como siempre, y como ha estado desde ayer la mayor parte del tiempo, dormido como un ceporro. Y así se ha quedado, sólo que cambiando de cama ;)

El martes llamaré para ver como han ido las pruebas, y para saber que ha dicho el veterinario. Y si todo va bien, pues quizás entonces llegue el momento de dejar de fumar, y hacernos cargo de Ceporrin ;) De todas formas, mañana cuando Tas me pase las fotos del "book", mandaré las fotos a las chicas de Evolución, y pondré una foto de Ceporrin en blog para que lo conozcais.
Editado: Cambiada la foto, podéis ver a Ceporrin ;)

4 comentarios:

Wizzy dijo...

ceporrin seguro que estara durmiendo ahora mismo, hecho una bolita de pelo

Mekhi dijo...

Jo me ha encantado la historia de Ceporrín.... que bonita.. y que bien descrita... En serio, Susi... aún estoy esperando la publicación oficial de algún relato tuyo... me gusta cómo escribes y describes ;)

La discusión omitida en el texto...la puedo imaginar y visualizar... sobre todo... conociendo a Álvaro... jejeje

Y si Ceporrín consigue que dejes de fumar....ALELUYA!!!!..... lo que es capaz de lograr un cachorrín de felino :D UMMMM qué idea para un próximo Amigo Invisible.... mataría 2 pájaros de un tiro.... :P:P:P:P
Jejejeje

Indil Amh Shere dijo...

Carlis Carlis, tienes en este mismo blog varias publicaciones de relatos míos :P Lo que pasa es que no los habrás visto!

En fin, Ceporrín está mejor. La semana que viene llamaré para ver cómo esta, pero en principio al pobre hay que hacerle dos curas diarias en el veterinario, con tranquilizantes, porque es un dolor muy fuerte. Ha perdido los deditos de la patita trasera, pero le han hecho unos injertos y parece que conservará la almohadilla bien. No se vendrá con nosotros, porque lamentablemente no podemos hacernos cargo de todos los cuidados que requiere ahora mismo. Pero está en la casa de una chica, que en principio lo va a adoptar y que se está haciendo cargo de él en estos momentos dificiles. Lo peor... pues que parece que no fue cosa de un atropello, sino de "la mano del hombre", o más bien, el pie de algún hijo de puta sin escrúpulos.

Al menos ha tenido la suerte de poder tener un hogar donde olvidar todo lo que ha pasado.

Bsotes!!

Shaury dijo...

Me ha encantado la historia, menos mal que existe gente como vosotros, chicos.
Yo no puedo ver sufrir a ningún animalillo, me encantan.
Respecto a los hijos de puta, hay un montón, yo tenía un perrolobo que envenenaron con azufre, sus ultimas horas no se las desearía ni a mi peor enemigo.

Un beso, chicos