viernes, 9 de febrero de 2007

Sonrisas tristes


Revisando hoy el blog, me he dado cuenta que hace mucho tiempo que no escribo nada sobre mí misma. A parte de los comentarios políticos, o los poemas que deseo compartir con el mundo (por muy trillados que parezcan), y por supuesto de mi propia obra (veáse entrada anterior), pues no había escrito nada acerca de lo que hay en mi vida en estos momentos.

Lamentablemente, después de pensarlo un rato, me he dado cuenta de que tengo poco que contar. Es decir, matizando, que hay pocas cosas que quiera contar, porque no tengo el ánimo quizás de compartir la serie de problemas triviales que me acompañan hoy por hoy. Y aquellos problemas que no son triviales, es mejor dejarlos fluir cuando el ánimo mejore.

Hay una amiga que siempre me dice que cuento los problemas con una gran vena tragicómica. Como un payaso que llora por dentro pero que siempre lleva pintada una hermosa sonrisa a juego con una preciosa nariz roja.

Ésto, desde luego, es una gran ventaja para aquellos que me rodean. Pero me pregunto si realmente será bueno para mí. He pasado tanto tiempo enterrando sentimientos, que ahora no se por dónde empezar a cavar cuando necesito dejarlos salir. Y creedme, me cuesta mucho más trabajo desenterrarlos que enterrarlos. Cualquiera diría que cuando nacen, ya nacen así, y escarban por sí mismos hasta incrustarse en las profundidades de la tierra. De manera que yo ni siquiera tengo que ensuciarme las manos de tierra. Si tuviera que elegir una canción acorde con mi corazón, ahora mismo sólo me viene a la mente "Soy minera". ¡Qué lástima!

Espero para las próximas entradas recuperar mi vena tragicómica. ¿No dicen que la mejor terapia es saber reirse de una misma?

Un beso de payaso!

No hay comentarios: