domingo, 11 de febrero de 2007

Mario Benedetti: A la muerte de un canalla

Poesía de Mario Benedetti dedicada a la muerte de P.

"Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren. Obituario con hurras. Vamos a festejarlo, vengan todos los inocentes, los damnificados, los que gritan de noche, los que sueñan de día, los que sufren el cuerpo, los que alojan los fantasmas, los que pisan descalzos, los que blasfeman, y arden, los pobres congelados, los que quieren a alguien, los que nunca se olvidan, vamos a festejarlo, vengan todos, el crápula se ha muerto, se acabó el alma negra, el ladrón el cochino, se acabó para siempre, hurra, que vengan todos, vamos a festejarlo, a no decir la muerte siempre lo borra todo, todo lo purifica, cualquier día la muerte no borra nada, quedan siempre las cicatrices, hurra murió el cretino, vamos a festejarlo, a no llorar de vicio, que lloren sus iguales, y se traguen sus lágrimas, se acabó el monstruo prócer, se acabó para siempre, vamos a festejarlo, a no ponernos tibios, a no creer que éste es un muerto cualquiera, vamos a festejarlo, a no volvernos flojos, a no olvidar que éste es un muerto de mierda."

2 comentarios:

Carlos dijo...

este es un extracto del post que escribi al dictador de mierda...

Últimamente los dictadores siempre acaban muriendo en la cama. Esa es la diferencia entre los demócratas y los asesinos. Pero la pena del dictador es el ridículo, la decadencia, el descubrimiento de sus miserias, que siempre van relacionadas con increíbles riquezas. Ahora Pinochet descansa en paz. Yo no me alegro. Porque de lo que se trataba era de que Pinochet viviera precisamente para experimentar en la mirada de sus antiguos súbditos el desprecio, el asco, el descrédito y la sensación de que tanta vileza no le serviría para lograr un puesto brillante en la historia del mundo. No me alegra la muerte de Pinochet, porque a un muerto siempre se le puede acabar poniendo en un estandarte. Para un vivo, en cambio, no hay nada más cruel que sentir cómo los insectos a los que aplastó cuando mandaba ahora le están carcomiendo los pies de barro a su pedestal. Qué decepción. Yo le quería inmortal, para hacerle sufrir el infierno en la tierra.

Un abrazo

Indil Amh Shere dijo...

Hola de nuevo!!
Encantada de que hayas paseado por aquí, aunque se que mi Blog no es tan bueno como el tuyo (del que por cierto me he convertido en paseante asidua).
Sobre el tema en cuestión, estoy totalmente de acuerdo contigo. Tal como dijo Isabel Allende al conocer la noticia, es más bien triste que al final haya muerto sin sentir el peso de la justicia.
Pero también veo la realidad, y es que a su edad, por mucho que viviera, no iba a ser el caso. Y realmente, ya lo único que le quedaba, era morirse.
Prefiero no escribir todo el mal que he deseado yo para esa persona, porque a fin de cuentas el tema me afecta de forma personal.
Pero ahora que ha muerto, veo un futuro mejor para Chile. Sobre todo, porque espero que ahora se acaben los privilegios e inmunidades de las que gozan sus matones.
Besos!!!